Tomás, el vendedor de tortas fritas que fue brutalmente agredido en un robo, manifestó que “no se siente seguro” y que tiene miedo de volver a su trabajo tras la liberación de los acusados. “Los liberó sabiendo que recibí amenazas de parte de ellos” manifestó.
Tomás Cattaneo, reconocido vendedor de tortas fritas que trabaja en Avenida Roca y Lisandro de la Torre, fue víctima de un brutal ataque por parte de dos hombres y una mujer que lo abordaron exigiéndole dinero. Al resistirse, los agresores le robaron la mercadería y comenzaron a golpearlo con puños, piedras, y cuando cayó al suelo, lo patearon en la cabeza.
“La gente vio cómo fue. Yo estaba en el piso y me estaban cagando a patadas en toda la cabeza, incluso con una piedra de cemento que se desprendió del cordón cuneta. De milagro me rozó en la sien, si no capaz que no estaría acá“, relató Tomás.
“A mí me da pensar que el detenido fui yo, porque estuve desde las cuatro de la tarde hasta la una de la mañana contra mi voluntad, para que al otro día un juez los liberara”, señaló la víctima.
El joven vendedor pide colaboración de testigos para esclarecer lo ocurrido: “Yo no lo voy a hacer, es lo que haría cualquier persona. Pido por favor si alguien vio lo que pasó que se comunique conmigo, porque necesito testigos. Tengo cámaras de seguridad de la empresa Rocali, pero necesito más pruebas”.
Además de pérdidas materiales, Tomás sufrió un impacto emocional profundo tras el episodio. “Me rompieron el celular, que ahora tengo que volver a comprar, y me sacaron la posibilidad de trabajar tranquilo. Tengo miedo de venir a trabajar acá, no me siento seguro“, confesó.
Este jueves confirmaron que los delincuentes recuperaron su libertad. Aunque la Fiscalía pidió prisión preventiva para uno de los acusados, se impuso la prohibición de acercamiento y contacto de los tres imputados con la víctima.
“Quiero hacer la aclaración: cualquier cosa que me pase trabajando acá hago responsable al juez de la causa, porque fue él quien dictó liberar a los acusados, sabiendo que yo recibí amenazas de parte de ellos“, explicó.
En mayo, el joven había pedido ayuda a la comunidad de Comodoro para conseguir un alquiler para él y sus mascotas. Tras la difusión de su situación y mucho esfuerzo, finalmente logró encontrar un lugar donde vivir. Hoy exige justicia y seguridad.