La joven de 21 años, arribó a Buenos Aires el 31 de mayo para estudiar Patología en la Facultad de Medicina. La Embajada estadounidense sigue de cerca el caso
Mariela Florimonte tiene 21 años, es estadounidense y está siendo intensamente buscada por la policía y sus allegados desde el sábado por la tarde, cuando fue vista por última vez en su departamento de la calle Viamonte 1815, de la Ciudad de Buenos Aires, tras sufrir un sorpresivo brote psicótico.
La joven, que arribó al país el 31 de mayo, tenía dos objetivos: hacer una pasantía de Patología en la Facultad de Medicina de la UBA y conocer a Mateo, su novio virtual, con el que venía chateando desde 2019.
Graduada recientemente en Medicina y Salud Pública en la Universidad de Carolina del Norte, Mariella decidió especializarse en Anatomía Patológica (rama de la medicina que se encarga del estudio de las lesiones del cuerpo humano mediante muestras extraídas del mismo) y para ello aplicó en un programa de intercambio que finaliza en agosto.
Con la idea de aprovechar al máximo esos tres meses que dura la pasantía estudiantil, Mariella enseguida socializó con sus compañeros de estudio y combinaba algunas salidas con ellos y otras con su novio Mateo, quien inmediatamente la presentó en familia.
“Es una chica súper alegre, amorosa, inteligente y muy responsable”, describió Pía de Azcuénaga a Infobae, que junto a su hijo Mateo se puso al frente de la denuncia para dar con su paradero y de armar los flyers para viralizar las redes sociales.
“Ella cursaba todo el día, salía de la universidad por la tarde y con mi hijo se venían por la noche. Él prácticamente no conocía a sus amistades. Por eso, ahora se está contactando con algunos por Instagram. Para tratar de entender qué pudo haber pasado, ya que el sábado por la tarde ocurrió algo inesperado que nos dejó a todos muy preocupados”, contó Pía.
“Mateo habló con Mariella y la notó rara. Cuando fue a verla se encontró con un patrullero en la puerta del edificio y con que ella estaba siendo asistida por la policía y el portero. Había tenido como una especie de brote psicótico y, tras arrojar su notebook y su celular por el balcón de su departamento, los vecinos llamaron al 911″, detalló la mujer.
Era la primera vez que la joven había experimentado un comportamiento de ese tipo. “Es una chica sana, sin antecedentes psiquiátricos”,aseguró Pía.
Cuando Mateo intentó conversar con ella “la notó un poco paranoica e inestable emocionalmente”, relató su mamá. Por eso, los efectivos policiales le recomendaron que se retirara del lugar para que pudiera ser estabilizada por el personal médico.
Esa fue la última vez que vio a su novia. Luego, fueron todos trascendidos de hechos que supuestamente ocurrieron en su ausencia. “Como Mariella se había quedado sin celular, Mateo se comunicó con el portero, el sábado por la noche, para saber cómo estaba. El hombre le dijo que estaba mejor de ánimo y acompañada por unos amigos”, recordó Pía.
El domingo por la mañana, antes de ir a verla, vuelve a llamar el portero, quien le advierte que la joven había sido trasladada al Hospital Ramos Mejía porque su estado de salud había deteriorado.
Preocupado por lo sucedido, Mateo se dirigió al hospital porteño y al llegar le comunicaron que la joven se había escapado. “A mi hijo le contaron que la vieron irse corriendo. Lo más tremendo es que nadie la frenó ni la siguió. La dejaron irse, así como si nada, se indignó Pía.
Alertado por la gravedad de los hechos, Matías radicó la denuncia en la Comisaría Vecinal A3 y luego tomó intervención la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Número 40, a cargo de la doctora Estela Andrades.
Además, dio aviso a la Embajada de Estado Unidos -que sigue de cerca la investigación- y se comunicó con su tutor de la UBA para ponerlo al tanto de lo ocurrido. De hecho, fue él quien llamó a la padres de Mariella para darle la noticia y ellos le confirmaron que este martes arribarán al país para ponerse a disposición de los investigadores y colaborar para que su hija aparezca sana y salva lo más pronto posible.
“La preocupación nuestra no es que la hayan secuestrado, sino que le haya pasado algo malo a raíz del estado shock en el que se encontraba y por el cual había quedado hospitalizada”, concluyó Pía.