El sospechoso, de 62 años, fue detenido por la Policía Bonaerense tras una alerta internacional. En su notebook se encontraron chats que revelan un escalofriante modus operandi.
Héctor Soibelzon, un hombre con un historial delictivo que se extiende por décadas, fue detenido este fin de semana en su casa de La Plata por la Policía Bonaerense, tras una alerta crucial del sistema NCMEC (Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados) de Estados Unidos. La Justicia de la capital provincial, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield, lo investiga por el grave delito de captación de niños a través de medios electrónicos, conocido como “grooming”.
Según fuentes policiales y judiciales, la alerta del NCMEC –organismo que colabora hace más de diez años con la Justicia argentina en el rastreo de material pedófilo en redes y plataformas de mensajería– permitió a un equipo de detectives rastrear sus conexiones y triangular su señal hasta dar con el domicilio de Soibelzon. La Dirección Investigaciones Cibercrimen de Delitos Complejos de la Bonaerense secuestró en el allanamiento su celular, dos computadoras y otros elementos, y el imputado quedó detenido.
Un historial escalofriante
El caso de Soibelzon reviste una particular gravedad, ya que no es su primera vez tras las rejas. En mayo de 2012, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta de la UFI N°12 de La Plata ya había ordenado su arresto por supuestamente violar a dos chicos de 14 años. En aquel entonces, Soibelzon se negó a declarar y, según un recorte del diario El Día, ya contaba con antecedentes por corrupción de menores. La madre de una de las víctimas de aquel entonces fue clave para identificarlo, llevando a su detención.
Aún más sorprendente, en 1999, el Juzgado de Garantías N°6 lo había investigado por el delito de ejercicio ilegal de la medicina. Soibelzon, sin ser médico, prometía un revolucionario tratamiento para adelgazar “diez kilos por mes” mediante un “diagnóstico por el iris”, según un volante de la época.
Pero lo más escalofriante del reciente allanamiento fue un hallazgo directo en uno de sus dispositivos. De acuerdo a un informe del caso, “al momento del ingreso, se encontró una notebook encendida” con su cuenta de WhatsApp Web abierta. El “triage digital” (análisis preliminar) aplicado a la computadora reveló un riesgo inminente.
El informe detalla que “se constató que estaba activa la aplicación WhatsApp Web, donde se observaron comunicaciones del imputado con al menos 37 menores de edad, incluyendo intercambios de imágenes, mensajes de contenido sexual explícito, expresiones amorosas y conversaciones que evidencian la captación de menores con fines sexuales, en las cuales el imputado se hacía pasar por un menor de 15 años”.
Este modus operandi coincide con el que supuestamente utilizaba hace 13 años: en aquel momento, Condomí Alcorta descubrió que creaba perfiles falsos en la antigua red ICQ. Incluso, tras su detención anterior, logró ingresar una computadora a la cárcel para continuar con sus chats. El análisis preliminar de su teléfono también reveló la presencia de fotografías pedófilas, además del WhatsApp replicado.
Los tres dispositivos secuestrados serán analizados en profundidad para determinar el alcance total de los contenidos y si hubo encuentros físicos entre Soibelzon y sus posibles víctimas. Arrestos de esta índole son frecuentes en el país, con redadas que buscan a adultos que trafican material prohibido y rescatan a posibles víctimas, repitiéndose mes a mes.