Débora Carrizo, mamá de una alumna de la escuela, pidió la reparación urgente de las veredas y la instalación de un cartel de ascenso y descenso para garantizar el acceso seguro de las familias. “Los chicos no pueden tener una guía con el bastón porque las veredas son un desastre” manifestó.
Débora Carrizo, mamá de una alumna de la Escuela N° 515 dedicada a niños con disminución visual, realizó un fuerte reclamo por el estado de las veredas y la falta de señalización adecuada en el perímetro del edificio educativo.
“Mi reclamo abarca todo el perímetro que incluye la Escuela 83, porque las veredas son un desastre”, expresó Carrizo, señalando que los alumnos “salen a hacer reconocimiento y no pueden por la falta de baldosas y el mal mantenimiento”.
Además, explicó que frente al establecimiento hay un cartel de carga y descarga, lo que dificulta el acceso al edificio.
“A mediados del mes de mayo le hice una nota a Maximiliano Sampaoli diciendo todas las falencias que tenía la institución” contó. Sin embargo, afirmó que “me contestaron en el mes de agosto diciendo que el cartel ya estaba, pero hasta la fecha no está”.
Carrizo pidió que se instale un cartel que permita el ascenso y descenso seguro “para que pueda dejar mi vehículo, bajar a la nena a la escuela y retirarme, como hacen todos los papás”, y denunció que “te corretea el inspector y los chicos del SEM, y se hace imposible”.
“Necesitamos urgente que nos arreglen la vereda y que nos saquen el cartel, que el sector sea prioridad para el colegio”, enfatizó.
Relató que muchas veces “tengo que estacionar el auto en la otra punta y llevar a la nena a upa”, y reclamó que “necesitamos que arreglen la vereda para que los chicos puedan hacer su recorrido con su bastón como tiene que ser”.
“Es un chiste que en un colegio que trabaja con chicos con disminución visual, los alumnos no puedan tener una guía con el bastón porque las veredas están todas saltadas” apuntó, y agregó que “se burlan de nuestros hijos, no tenemos rampas ni estacionamientos de discapacidad, una burla completa”.
Finalmente, cerró diciendo: “Mi hija tiene TEA y no puede hablar, pero estoy yo y soy la voz de mi hija. Quisiera que en febrero, cuando empiecen las clases, mi hija pueda hacer su recorrido con la baldosa en condiciones. Que saquen los árboles si los ponen en medio de la vereda, porque son obstáculos para ellos. Necesito esto, no por mí, sino por todos los chicos de la escuela”