El observatorio meteorológico de Brasil advirtió la llegada de este fenómeno que podría afectar algunas provincias argentinas.
El observatorio meteorológico de Brasil, Metsul, advirtió por la llegada de una «lluvia negra» durante los próximos días que podría afectar algunas zonas de Argentina, Uruguay y Brasil.
La «lluvia negra» surge debido a los incendios en el norte de Sudamérica. Especialistas explicaron que se produce cuando una columna de humo, compuesta por partículas contaminantes, interactúa con un frente frío, generando lluvias contaminadas de hollín.
El hollín es una materia particulada compuesta principalmente de carbono, que se forma como resultado de la combustión incompleta de materiales orgánicos como los combustibles fósiles (carbón, petróleo) y la biomasa (madera, desechos agrícolas).
Cuando estos materiales no se queman por completo, en lugar de convertirse completamente en dióxido de carbono (CO₂) y vapor de agua, producen finas partículas de carbón negro y otros compuestos. Estas partículas son extremadamente pequeñas, con diámetros que van desde los nanómetros hasta los micrómetros, lo que les permite permanecer suspendidas en el aire durante largos periodos y recorrer grandes distancias.
Cómo se produce la «lluvia negra»
El hollín y la lluvia negra están estrechamente relacionados. La lluvia negra es un fenómeno que se produce cuando el hollín y otras partículas contaminantes presentes en la atmósfera se mezclan con la humedad y precipitan en forma de lluvia.
Este tipo de lluvia, que no necesariamente cae negra, es indicativa de altos niveles de contaminación, y generalmente se observa en lugares cercanos a zonas industriales, zonas quemadas o donde hay una intensa quema de combustibles fósiles. Cuando las partículas de hollín se mezclan con la humedad de las nubes, pueden actuar como núcleos de condensación, alrededor de los cuales se forman gotas de agua.
Esto da como resultado lluvias con contaminantes, que al caer al suelo pueden afectar los cuerpos de agua, el suelo y la vegetación.
La lluvia negra es un fenómeno que toma su nombre de las precipitaciones que se dieron en Hiroshima poco después de la explosión de la bomba atómica el 6 de agosto de 1945. Debido a la gran nube de polvo que llegó a la atmósfera por la detonación, la lluvia cayó con residuos de polvo, hollín y radioactividad.