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domingo, diciembre 22, 2024
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Ciencia

Presentaron un nuevo dinosaurio que habitó la Patagonia

El “Jakapil” es el nuevo dinosaurio acorazado y herbívoro recuperado en Río Negro que ayuda a completar un vacío científico

El hallazgo de restos fósiles de Jakapil, un animal pequeño herbívoro de dos patas, con crestas que protegen desde la cabeza hasta la cola y que habitó una zona desértica de la Patagonia hace menos de 100 millones de años, es la primera evidencia que confirma la presencia temprana de la familia de dinosaurios tireóforos o acorazados en América del Sur, pero con algunas características únicas y desconocidas hasta ahora para esta especie, de acuerdo con la reconstrucción que logró hacer un equipo de investigadores argentinos y vascos, con la colaboración de colegas de Estados Unidos y Canadá.

Hasta el momento, eran muy escasos e incompletos los registros paleontológicos de los acorazados en la región, de acuerdo con el equipo del Conicet, la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y la Universidad del País Vasco que lideró el descubrimiento en un yacimiento paleontológico al norte de la provincia de Río Negro. La presentación se hizo este mediodía en el auditorio de la Universidad Maimónides, donde funciona la Fundación Azara.

Los primeros restos se obtuvieron en 2014 y la recolección de los huesos demandó hasta 2020Gentileza Fundación Azara

La aparición de Jakapil kaniukura, por su nombre en lengua mapuche y puelche, viene a completar un vacío en la información científica disponible para el grupo de acorazados, ya que es el primero que se describe para América del Sur, mientras aporta un espécimen a los pocos restos fósiles incompletos –y aún indeterminados– de la Argentina. Los primeros restos se obtuvieron en 2014 y la recolección de los huesos demandó hasta 2020.

“Los tireóforos son muy abundantes en el hemisferio norte, pero el registro fósil de este grupo en el hemisferio sur y más específicamente en Sudamérica es muy escaso”, precisó el paleontólogo Sebastián Apesteguía, que lideró del hallazgo con su equipo de Azara. “En la Argentina –continuó–, los únicos restos que se conocían previamente solo comprenden materiales muy incompletos, al punto que no permiten reconocer especies novedosas. Tan es así que, tras más de 200 años de historia de la paleontología de vertebrados en la Argentina, Jakapil es el primer dinosaurio acorazado argentino en recibir un nombre”.

Jakapil pesaba entre 4 y 7 kilogramos y medía 1,5 metros de largoGentileza Fundación Azara

Esta comprobación de la presencia de un nuevo linaje de tireóforos tempranos en la región permite incorporar mejor las faunas locales al contexto global de millones de años de antigüedad, según evaluó el equipo a cargo también de Facundo Riguetti, investigador de Azara, el Centro de Ciencias Naturales Ambientales y Antropológicas de la Universidad Maimónides y el Conicet, y Xabier Pereda-Suberbiola, del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco.

Jakapil nos muestra que, en Sudamérica, vivió y perduró durante mucho tiempo un linaje de tireóforos de aspecto diferente a los de otros lugares”, precisó Apesteguía a través de un comunicado difundido durante la presentación. También integran el equipo por el Área de Paleontología de la fundación, que viene haciendo las tareas de campo, Pablo Gallina, Paula Muzzopappa, Leonardo Pazo, Jonatan Kaluza, Fernando Garberoglio, Lucila Fernández Dumont, Juan Pablo Garderes, Lucas Lerzo y Tomás Fornari.

La escultura de Jakapil que hizo Lautaro Rodríguez Blanco y se exhibió durante la presentación en la Fundación AzaraFabián Marelli

El lugar del hallazgo está situado cerca de la localidad Cerro Policía, al norte la provincia de Río Negro, en el Área Paleontológica La Buitrera. Desde hace más de dos décadas, este yacimiento de preservación fósil único en la región atrae el interés científico internacional porque permite reconstruir la historia de la fauna que habitó hace 100 millones de años (período Cretácico Tardío) una zona desértica patagónica de unos mil kilómetros cuadrados: el Desierto de Kokorkom o “de los huesos”, por su nombre en tehuelche. Las rocas en las que se preservaron los huesos del acorazado estaban cerca de la localidad Cerro Policía.

Apesteguía comenzó a trabajar en el lugar hace ya casi un cuarto de siglo. Con su equipo, y la ayuda de la erosión, siguen encontrando restos de más ejemplares y nuevas especies de esos antiguos habitantes del lugar, como la serpiente con patas Najash, los cocodrilos terrestres Araripesuchus, el esfenodonte Priosphenodon y los pequeños mamíferos como Cronopio, además de dinosaurios grandes, como Catarthesaura, o más pequeños, como Buitreraptor.

Pablo Gallina en el lugar del hallazgo, situado cerca de la localidad Cerro Policía, al norte la provincia de Río Negro, en el Área Paleontológica La BuitreraGentileza Fundación Azara

La nueva especie hallada en la zona de La Buitrera se suma a esa lista: Ja-Kapïl significa “portador de escudos” y kaniukura describe la “cresta de piedra” característica de esa especie en una combinación de términos en mapuche y puelche. Pesaba entre 4 y 7 kilogramos y medía 1,5 metros de largo, como se pudo ver en el esqueleto que reconstruyó el paleoartista Lautaro Rodríguez Blanco para la presentación con los restos hallados. Mauricio Álvarez hizo las ilustraciones y Gabriel Díaz Yanten, la animación 3D, que se mostraron durante la conferencia de prensa.

Lo más distintivo de este ejemplar, de acuerdo con el equipo, son varias hileras de huesos dérmicos (asociados a la dermis de la piel) en forma de escudos que cubren el cuello, el lomo y la cola del animal, similar a los cocodrilos actuales. Como el resto de los tireóforos, los dientes son en forma de hoja –similares a los de las iguanas actuales– y con grandes caras de desgaste, lo que ayuda a describir que tenía una dieta herbívora.

Lo más distintivo de Jakapil son varias hileras de huesos dérmicos en forma de escudos que cubren el cuello, el lomo y la cola del animalGentileza Fundación Azara

“En los primeros acorazados no se conocía el hueso en forma de pico en la mandíbula inferior, lo que nos dice, junto con un hocico más angosto, que seleccionaba el alimento que encontraba en el desierto. La cresta debajo de mandíbula es un ensanchamiento que es más alto que en otros animales”, describió Riguetti.

Pero la novedad en Jakapil, según se señaló, es su mandíbula única para un acorazado: relativamente corta, con una gran cresta en el borde inferior y un pequeño hueso que sale en forma de “pico”. La mayoría de los escudos en el cuerpo del animal son también particulares para los investigadores, muy aplanados y en forma de discos, según detallaron.

Jakapil es el primer dinosaurio herbívoro recuperado en el yacimiento La Buitrera

Retomado desde La Nación.

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