Atanacio Pardo tomó un bloque, le asestó un golpe en la cabeza, causando la muerte de Fernández Quelca por traumatismo encéfalo craneano.
La audiencia de impugnación se desarrolló el pasado 8 de septiembre y el pasado miércoles 15 los jueces de la Cámara en lo Penal local, Daniel Pintos, Martín Montenovo y Guillermo Müller, luego de deliberar, dieron a conocer su veredicto. Resolviendo “no hacer lugar a la impugnación ordinaria” de la defensa del imputado Eduardo Atanacio Pardo contra la sentencia condenatoria de primer grado. Asimismo, confirmaron en todas sus partes la sentencia condenatoria a prisión perpetua al haber sido declarado penalmente responsable del delito homicidio agravado por el vínculo y por femicidio.
El defensor en la audiencia de impugnación reedita otras alternativas a una muerte violenta, provocada con un autor con intensión, y lo que dice la sentencia está bien fundamentado, lo que ha surgido de la autopsia, del testimonio de la médica forense, como también de otras pruebas en relación al hallazgo del cuerpo, al terreno, al lugar del hecho, nos conducen a un único lugar: la muerte violenta, la muerte provocada no accidental, expresaron los jueces.
La intensidad del golpe para provocar una fractura, no cualquier golpe tiene la intensidad de provocar una fractura. Los animales y las alimañas que pudieron actuar sobre el cuerpo después no genera una fractura en el cráneo. También las constancias del médico que el cuerpo fue arrastrado desde al lugar donde se produce el golpe a un lugar donde no sea tan visto. La constatación de lesiones de defensa en las manos de la víctima, no son compatibles con la hipótesis de la caída accidental mencionada por la defensa.
Respecto de la autoría se refirieron los jueces de Cámara a una suma de indicadores, donde la autoría se construye a través de indicios o prueba indirecta, que convergen en un mismo sentido y que lleva a una sola conclusión posible. Los conflictos que había entre esta pareja, entre el acusado y la víctima, desde cuando existía una separación, ese vínculo estaba roto o en proceso. Se pudo acreditar que el acusado estaba pernoctando en una habitación distinta de la pensión, donde ellos habían convivido. La presencia de sus hijas en la habitación, y otros indicios, hacen presumir que la salida era temporaria, breve, por escaso tiempo a un lugar cercano. Si no hubiera tomado otros recaudos, concluyeron los jueces.
Respecto del video se refirieron a las conclusiones del Perito del Equipo Técnico Multidisciplinario, José Díaz, que hizo una comparación entre la persona que se ve en la imagen y el acusado que arroja una “compatibilidad”, con “simetría y dimensiones coincidentes, con la fisonomía general del sujeto que se ve en el video”. Esto contribuye a corroborar la autoría del acusado.
El Ministerio Público Fiscal fue representado en la audiencia por María Laura Blanco, fiscal general; en tanto que la defensa de Atanacio Pardo fue ejercida por Daniel López, abogado particular del mismo.
El femicidio de Daniela Fernández Quelca:
El ilícito contra la vida ventilado en el pasado debate, da inicio en momentos en que la víctima Daniela Fernández Quelca mantuvo una relación de pareja con el imputado Eduardo Atanacio Pardo desde principios de 2016, cuando ambos vinieron desde Bolivia a Comodoro. Esta relación fue signada por agresiones físicas y psicológicas de Atanacio Pardo hacia Fernández Quelca, las que se tornaban cada vez más graves hasta que Fernández Quelca le pide que se retire del domicilio. Esta decisión no fue aceptada por Atanacio Pardo quién continuó hostigando a Fernández Quelca con intenciones de impedir que rehaga su vida.
Así en horas de la noche del 19 de junio de 2019, encontrándose ambos en el inquilinato de la calle Código 765, al 1700 del barrio Moure, donde residían en departamentos separados, Fernández Quelca y Atanacio Pardo comenzaron una nueva discusión. Ambos se retiran del lugar dejando a las hijas en el departamento de Fernández Quelca y en el transcurso de las 23.00 hs. de ese día y las 8.00 hs. del 20 de junio se dirigieron hacia la calle Ricardo Torá a la altura catastral del 2000, donde Atanacio Pardo tomó un bloque, y con claras intenciones de darle muerte, le asestó un golpe en la cabeza, causando la muerte de Fernández Quelca por traumatismo encéfalo craneano.