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miércoles, diciembre 3, 2025
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Mendoza

Más de 100 alumnos destrozaron su colegio porque no les dieron libre el último día de clases

Todos los estudiantes implicados recibieron 20 amonestaciones y quedaron libres. Cuáles son las tareas obligatorias que deberán cumplir para no perder el año escolar.

En Mendoza, más de 100 alumnos del Colegio Santa María, pertenecientes a la Universidad Champagnat, protagonizaron un día de descontrol que terminó en graves destrozos en las aulas e instalaciones de la escuela.

Los hechos ocurrieron el último día de clases, el jueves 27 de noviembre, y fueron calificados por la institución como una “seria alteración del orden institucional”.

Los destrozos se generaron luego de que las autoridades de la escuela le prohibieran al grupo de alumnos faltar a clases el viernes 28 de noviembre, tras los festejos del UUD (último último día).

La respuesta de las autoridades fue la resolución N°065-REC-2025, un documento que castiga a los jóvenes con amonestaciones masivas y los obliga a un plan de reparación que se extiende hasta febrero, con el objetivo de evitar que pierdan la regularidad.

El castigo disciplinario es severo: los 115 alumnos identificados recibieron, cada uno, 20 amonestaciones. De acuerdo con el Reglamento de Convivencia, alcanzar ese número implica la pérdida automática de la regularidad, obligándolos a rendir todas sus materias como alumnos libres.

Entre el 12 y el 18 de diciembre, los alumnos sancionados deberán asistir al colegio en horario matutino para cumplir con una serie de tareas obligatorias, que van desde limpieza profunda y ambientación para ingresantes, hasta talleres de reflexión y un desayuno institucional con el personal de limpieza y mantenimiento, al que deberán asistir con cartas de disculpas.

Además de este trabajo de diciembre, en febrero todos los estudiantes deberán rendir y aprobar un coloquio sobre normas de convivencia, responsabilidades y el reglamento escolar. La aprobación es un requisito excluyente para lograr la reducción de las amonestaciones.

La institución, no obstante, abrió una única vía de “salvación”: reducir las amonestaciones a 14 si completan sin ninguna falla un riguroso plan de actividades reparadoras.

Esto incluye asistencia y puntualidad estricta, uniforme obligatorio y restricción total de celulares y cero incidentes disciplinarios nuevos hasta la finalización del plan.

La resolución es clara: un solo incumplimiento anulará el beneficio, llevando a los estudiantes a perder el año académico y a tener que presentarse a rendir como libres.

El Consejo Escolar detalló el nivel de la indisciplina y los daños ocasionados por los jóvenes, que incluyeron: roturas de mobiliario y desperfectos en instalaciones, daños a producciones académicas de estudiantes de la Facultad de Informática y Diseño e insultos y expresiones agraviantes dirigidas a las autoridades, especialmente al director.

Las familias deberán pagar los destrozos

La responsabilidad económica de los daños recaerá sobre las familias. La universidad anunció que el Área de Mantenimiento, el Departamento de Sistemas y la Facultad de Informática están cuantificando el costo total de los perjuicios.

Luego, la Tesorería imputará esos costos en la factura mensual de cada familia involucrada, aplicando la responsabilidad prevista en el reglamento, sin margen para excepciones.

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