Un equipo de 19 trabajadores sostiene la conexión entre el campo y la ciudad. Hoy se celebra la historia y se resiste a los ‘recortes’ del presente que llevan a la radio a estar sin programación local en su aniversario.
Hablar de LU4 es hacer referencia a una compañía del solitario poblador rural a través del Mensajero; el sonido de la Guerra de Malvinas: los comunicados, las sirenas y hasta los enviados especiales; es también el placer de imaginar una historia contada con la pasión de un radioteatro en vivo, las transmisiones deportivas con representantes de la ciudad compitiendo por el país.
Hoy en su aniversario número 87, el equipo de la radio sobrevive a una temporada de dificultades como el resto de las 49 emisoras que pertenecen al Estado.
Este 3 de mayo, no hay programación local en la emisora y hace un año los fines de semana y feriados no cuentan siquiera con el servicio básico y esencial del Mensajero al Poblador Rural. Hace un año la amplitud modulada garantiza el aire del medio dado que la frecuencia modulada no fue restablecida.
Como ocurre en el resto del país, la orden de emitir programas de Buenos Aires redujo la programación a menos de 5 horas de información local.
Hoy la interacción con la audiencia también se ve limitada por disposición de la administración federal, desde el inicio del gobierno de Javier Milei la radio no cuenta con sus redes sociales, ni su página web, el teléfono fijo y el 2975396343 son las únicas líneas de intercambio y demanda.
El equipo de trabajo cuenta con un mínimo histórico que hoy garantiza su funcionamiento en las áreas de locución (Daniel Lay, Carolina Paredes, Daniel Juárez y José Luis Bahamonde), Servicio Informativo (Alberto Dias, Jaime González, Lydia Cocha y Natalia Castro), Operación técnica (Horacio Solís, Enrique Mansilla, Pablo Amado y Leonardo Henríquez), planta transmisora (Luis Palacio, Sergio Valderrama, Jorge Iturra y Horacio Miranda), administración (Sonia Hernádez), servicio técnico (Daniel Miranda) y maestranza (Gloria Barrientos).
Las sirenas de la privatización siguen sonando y la respuesta suena a grito en defensa de la radio pública, EMISORA ESCUELA EN LA REGIÓN LU4, la primera emisora privada de AM (amplitud modulada) de la provincia de Chubut, uno de los emblemas de las radios del país, celebró su aniversario número 85 el pasado 3 de mayo.
La historia relata que, en el mes de abril de 1936, la Dirección General de Correos y Telégrafos de la Nación, llamó a licitación pública para otorgar licencias de radiodifusión para las zonas 68 y 78 que correspondían a Comodoro Rivadavia y Rio Gallegos y el 28 de agosto, se autorizó la instalación de las primeras emisoras en ambas localidades.
En el año 1938, la Sociedad Importadora y Exploradora de la Patagonia, a través de la Compañía Broadcasting de la Patagonia, inició sus actividades vinculadas a la radiotelefonía en el sur de nuestro país, a través de LU12 Radio Río Gallegos y LU4 Radio Comodoro Rivadavia, a las que se sumarían posteriormente LU8 de Bariloche y LU5 de Neuquén, con la intención de cubrir así, un total de 700.000 Km. de territorio con sus transmisiones.
La instalación de la radio en la ciudad petrolera despertó incredulidad al comienzo y mucha expectativa después, debido a que en esos años los pocos receptores existentes, solo podían escuchar emisoras de Buenos Aires cuando la propagación lo permitía.
La empresa inicia la actividad con un capital de $400.000 de aquella época y pone en el aire las dos emisoras gemelas equipadas con transmisores RCA Víctor de 1.5 Kw en onda media con posibilidad de ampliar la potencia hasta 5 Kw. La frecuencia de transmisión fue, según el relato oficial, los 680 KHz, sin embargo algunas fuentes de información extranjeras especializadas en radiodifusión mundial sitúan la frecuencia inicial de LU4 en los 640 KHz.
En el sitio conocido como “campamento 99” sobre la ruta 3 al sur de la ciudad, se instaló el mástil a través del cual se irradiarían sus emisiones, las que comenzaron, a manera de prueba, un día no determinado en el comienzo del año 1938.
El mástil antena fue provisto e instalado por la firma Vistarini Hnos. de Buenos Aires con una altura total de 114 metros y cuatro caras, sorprendentemente es el que en la actualidad, sigue en pie emitiendo y es posiblemente sea el mástil irradiante que sigue en operaciones más antiguo de la Argentina.
Según relata la historia el transporte de programa estudio-planta se efectuaba mediante líneas par de cobre ecualizadas. LU4 también generaba su propia energía eléctrica a través de un generador de 20 HP 16 KW.
En los estudios se destacaba el mejor micrófono del momento, los conocidos y pesados RCA, la sala de control incluía mezcladora valvular para tres micrófonos, dos bandejas giradiscos o pick-ups con capsula de cristal y tres líneas telefónicas para transmisiones de exteriores. Todas estas instalaciones se mostraban a un público interesado y asombrado por la radiodifusión.
Las transmisiones en cadena se efectuaban recibiendo las señales de onda corta de la estación cabecera en Buenos Aires lo cual resultaba dificultoso los días de viento por la carga estática del viento en las antenas, ya en esos tiempos se intentaba resolver los problemas de propagación con la recepción por la técnica llamada Diversity o sea el uso de más de una frecuencia en forma simultánea.
La programación era básicamente musical pero ya se pudieron escuchar las primeras voces, en esos momentos las de los Sres. José Santiago y Arturo Davies anunciando: ”esta es LU4 Radio Comodoro Rivadavia en transmisión experimental”.
El primer director de la emisora fue el Sr. Alfredo Andujar, profesional de reconocida experiencia oriundo de Buenos Aires quien debió armar el equipo de la radio desde cero: enseñar profesiones, descubrir voces, vocaciones y talentos, asignar responsabilidades y mejorar los recursos técnicos según las necesidades de cada momento.
El primer gran desafío de la emisora se concretó el día 13 de marzo de 1938, cuando se cumplía la tercera etapa del Gran Premio del Sur que unía Esquel con Colonia Sarmiento. Allí estuvo LU4 transmitiendo las alternativas del evento para su audiencia.
Al demostrar solvencia técnica y operativa en estos eventos deportivos, el día 3 de mayo de 1938, LU4 comenzó sus transmisiones regulares sin anuncios previos, ni discursos ni ceremonias.
Una característica que siempre distinguió a LU4 desde sus comienzos es la gran cantidad de programas y contenidos de producción local, tanto originados por la misma radio como por agencias de publicidad que formaron sus propios elencos de productores, locutores, operadores y artistas de radioteatro.
Programas históricos fueron Enosis (sobre música), Entre mate y mate revivimos la tradición (iniciado en los años 1940 y transmitido durante décadas), Por los senderos de la patria (auspiciado por YPF), Como cantan los pueblos (música de los países de origen de los inmigrantes de la ciudad), radioteatros de Buenos Aires y Juan Pons (una comedia familiar transmitida entre 1958 y 1960).
En 1947, LU4 se integra a la cadena de LR4 Radio Splendid de Buenos Aires.
En 1953 la emisora pasa a integrar la cadena de Radio Belgrano de Buenos Aires como propiedad del Estado. En el año 1954 aparece al aire por primera vez el “Mensajero de LU4” programa de mensajes para los oyentes muy valorado en toda la provincia del Chubut y norte de Santa Cruz y que permanece al aire diariamente hasta el presente. En 1957 aparece como propiedad de la Editorial Haynes, formando parte de la Red Azul y Blanca de emisoras argentinas, liderada por LR1, radio El Mundo de Buenos Aires.
En 1959, nuevamente pasa a ser administrada por el Estado Nacional.
A partir de 1966, LU4 pasa a llamarse LU4 Radio Patagonia Argentina. Con Jorge Show y Fernando Montellano, la radio se metió en los hogares. Y desde el tejido de “Lita” Cartens -o Laura Durand- la primera voz femenina, la gente terminó seducida por completo.
Se sumaron las cálidas voces de Elena Ada, María Magdalena; Iris Morgan, Linda Christi y Elsa Zarcos, auténticas damas del micrófono. Y siguen los nombres: Juan Carlos Negri, el recitador campero Carlos Campos; el entrañable Alfredo Sahdi y sus personajes; Ricardo Jorge Haedo, Hugo Washington Jara; Jorge Canel, Ricardo Astete; Omar Posadas, Aníbal Forcada –decidor y poeta único- ; Héctor Ferro y Francisco Luis Croce, pionero del periodismo deportivo.
Los grandes comercios auspiciaban sus propios espacios en segmentos especiales; incluyendo concursos de preguntas y respuestas, de canto o de belleza y espectáculos en exteriores. La radio siempre estuvo ahí, acompañando el impacto social de un Comodoro que buscaba voces propias y expresiones genuinas. “El Despertador” con Félix Diantina, sacaba a todos de la cama; el pampeano Carlos Omar Bareilles imponía después sus “Mañanas Alegres” y Domingo “Tito” Herrero, hincha de River, pedía todos los mediodías “precaución” a los conductores en “El Gira Noticias”.
En las tardes “Beto” Oyarzún acaparaba la audiencia juvenil con el “Aquí está tu disco” mientras Roberto Marín saludaba eternamente a las “tres juventudes” en una y mil producciones. La música de todos los estilos siempre acompañó empezando por los artistas en vivo en el estudio. En LU4 tocaron entre otros Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal “Pichuco” Troilo, Los Chalchaleros; Los Plateros, Jorge Cafrune, Mercedes Sosa y Sandro. Palabras mayores, irrepetible.
También hubo producciones novedosas como “Peldaños musicales” con Mario José Bladilo y “La Vitrola”, un hit que ideó Luis Eduardo Capovilla desde “la tierra de los vientos”. O sobredosis tangueras a través de “JC”, Juan Carlos Rodríguez, uno de los mayores coleccionistas de la ciudad y “Juan Porteño” otro apasionado del cigarrillo y la bohemia.
LU4 fue la “universidad” de muchos, un extraño master entre el arte de la palabra y el mundo real, descripto con la simpleza del barrio. La mención radial equivalía a una devolución de gentilezas, a un gesto cómplice y permitía que el nombre de cada uno, comenzara a “sonar” ya con aires profesionales.
El público entendía el “juego” radial; se dejaba seducir por un tema y por una prosa bien leída; “compraba” lo que se sugería sin más y creía que aquellas voces limpias y graves que salían del receptor, no tenían rostro ni apariencia. Y no existían quizás físicamente.
Por ahí andan los que transmiten desde otro cielo. Los “yuyos” milagrosos que templaban las cuerdas vocales del gran relator bahiense Alberto Sedán; la paciencia eterna ante el vértigo del “Tata”, Roberto Salinas y los dedos “mágicos” de Alejandro Amado, Daniel Chaura y Julio Rodríguez desde una cabina celestial.
LU4 Radio Patagonia Argentina, hoy denominada LU4 Nacional Patagonia, forma parte del grupo de las emisoras administradas por el estado nacional.