La presidente de la SCPL Anabella Cardillo, aprovechó la oportunidad para hacer un reconocimiento al personal abocado a dicho sector que desempeña una tarea invaluable.
Cabe recordar que, el 30 de Julio de 1994, quedó inaugurada la Sala de Sepelios ubicada en la Avda. Yrigoyen Nº 361 de nuestra ciudad, que en ese entonces era necesario cubrir la demanda de una comunidad que crecía a pasos agigantados. De esta manera, su arquitectura cargada de simbolismos, creó una versión actual de los antiquísimos monumentos funerarios construidos en piedra monolítica, “Los Dólmenes”, recreando la construcción trilítica de aquellos, otorgando un aspecto monumental hacia el frente pero que en su interior alberga actividades de meditación y reflexión, quedando el cortejo cobijado en un gran hall cubierto.
Al respecto, Anabella Cardillo se refirió a la labor que desarrolla parte del personal con la premisa permanente de generar un diálogo continuo con todos. “Sin dudas, son trabajadores que están expuestos a relacionarse cotidianamente con el dolor, la angustia y la muerte. Por ello, debemos hacer más amena su tarea y es nuestra obligación estar cerca de ellos para asistirlos en lo que requieran, como en todas las áreas de nuestra Cooperativa”.
Asimismo, “nuestro objetivo es mejorar el servicio día a día para los asociados. Sabemos que nos encontramos en una situación excepcional, que la pandemia no ha permitido que muchas familias despidan a sus seres queridos como corresponde, pero no podemos hacer caso omiso que ante un trabajo tan riesgoso como el que desempeña nuestro personal de Sepelios, debemos tomar los recaudos sanitarios para quienes lidian a menudo con la tristeza ajena”, sostuvo la representante del Consejo de Administración.
Por último, cabe recordar que el edificio se compone de dos salas equipadas, la capilla ecuménica, hall central, áreas de servicios y administrativa y patio parquizado. Las salas son flexibles adaptándose a las más diversas actividades a través de cortinados y tabiques móviles. El confort contemporáneo se destaca en todo el edificio mediante una iluminación acorde, ofreciendo un espacio cálido e íntimo para los momentos más difíciles.