La sargento primera Nadia Cáceres logró reanimar a un recién nacido que llegó sin signos vitales a la comisaría. La familia la llamó “un ángel de la guarda”.

Una escena desesperante se vivió el viernes por la noche en la Comisaría Primera de El Calafate, cuando una madre irrumpió gritando que su bebé de apenas 15 días no respiraba. La jefa de guardia, sargento primera Nadia Cáceres, no dudó: tomó al pequeño Benjamín en sus brazos e inició maniobras de reanimación que se extendieron durante siete minutos eternos, hasta lograr que el niño volviera a respirar.
“Abruptamente abrieron la puerta. La madre entró llorando, gritando que su bebé estaba muerto”, relató Cáceres en declaraciones a La Mañana de LU12. Afuera, la abuela del menor sostenía al niño envuelto en una manta. “Automáticamente se lo saqué de los brazos e ingresé a la comisaría”, contó.
La abuela explicó que el bebé se había puesto morado mientras tomaba la teta y dejó de respirar. Con esa información, Cáceres dedujo que tenía las vías respiratorias obstruidas. “Sabía que tenía que actuar rápido. Lo puse boca abajo sobre mi antebrazo y empecé a aplicar maniobras de Heimlich para lactantes”, detalló.
Durante casi siete minutos, alternó golpes en la espalda y compresiones en el pecho del pequeño. “Yo miraba hacia afuera y no veía la ambulancia, no veía las luces… sentía que pasaba una eternidad”, recordó.
A los tres minutos y medio, Benjamín pareció reaccionar, pero volvió a caer. La policía no se rindió. Finalmente, al llegar la ambulancia, el bebé comenzó a llorar. “Ahí sentí un alivio inmenso. Empezó a llorar y todos rompimos en llanto”, expresó conmovida.
La familia del bebé no dudó en calificar a la sargento como “un ángel de la guarda”.
