La abuela del niño, quien organizó el almuerzo donde se lo vio por última vez el pasado 13 de junio, hizo 13 llamadas en las horas previas a su desaparición.
Sin embargo, Catalina acusó a Laudelina de ser quien le eliminó las 34 llamadas de su celular.
“No sé si eran mías, porque yo lo puse a cargar. Nadie me usó el teléfono”, manifestó la mujer mayor quien de manera inmediata apuntó a su hija Laudelina como la responsable de haberborrado las conversaciones: “Lo hizo porque se llena la memoria y no entran las llamadas”.
“Yo contestaba las llamadas, pero nada más. Tengo que marcar los números”, explicó la mujer tras ser consultada en Crónica sobre si sabía utilizar su celular Samsung modelo GSM GT.