Con un recinto semivacío, el presidente abrió el período 143° de sesiones ordinarias con un duro discurso.
Javier Milei encontró un Congreso con calles cortadas a su alrededor, protestantes con carteles y un recinto semivacío, pero con algunos gobernadores, legisladores y ministros adentro. Hizo un repaso de su primer año de gestión, apuntó contra la oposición, tuvo roces con diputados y prometió: la salida del cepo y un nuevo acuerdo con el FMI
La Asamblea Legislativa contó con muchas bancas vacías como respuesta al malestar de la oposición. Todos los espacios políticos le mostraron los dientes al Gobierno y asistieron muy pocos representantes de cada uno, debido a sus últimas medidas y polémicas. Pero, principalmente, por la asignación por decreto de los jueces Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla como miembros de la Corte Suprema de la Nación.
Fue, además, la primera vez que Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, se vieron luego de 4 meses de distanciamiento por las diferencias que cosechan entre sí.
El presidente, entonces, empezó a analizar el balance de su primer año de Gobierno: se pasó de heredar 15 puntos de déficit consolidado entre el tesoro y el BCRA, a tener durante 2024 superávit financiero libre de default. Algo que no había ocurrido nunca en los últimos 123 años de historia, según remarcó.
“La argentina durante 100 años giró como una calesita, dando vueltas sobre su propio eje, y erosionando, en cada vuelta, su economía, su credibilidad y la calidad de vida de sus ciudadanos. ¿Por qué fallaron todos nuestros intentos de salir? Porque siempre se partió de un diagnóstico equivocado. Nadie nunca cuestionó el eje sobre el que giraba la calesita: la mano negra del estado omnipresente”, agregó.
De este modo, prometió un cambio rotundo: “Nuestra receta es clara y concisa: venimos a romper la calesita, quitarle la manija al sortijero y trazar una horizonte de progreso hacia adelante con cambios profundos que atacan la raíz de nuestros males”.
Pero, antes de hacer un balance de lo que ha sido la gestión, quiero hacer una breve reflexión”.
Entonces, habló del desgano social y la pobreza: “Probablemente, la sociedad argentina sea una de las más familiarizadas con la frustración política de la historia moderna. Somos un país donde la pobreza se multiplicó por diez entre 1974 y fines del 2023. Para tener una idea, desde la década del 70 hasta acá, el mundo bajó la pobreza del 50% al 10%, y nosotros del 5% la llevamos al 50%. Una verdadera aberración fruto de la casta política”.
Reconoció que cada experiencia política ha conseguido generar mucho desencanto. Entre medio, se dirigió a la legisladora oficialista Marcela Pagano y a su bebé, de tan sólo unos meses, y “le prometió” a su hija que “no repetirán” los mismo errores y crecerá en libertad”.