Una de las características más frecuente en este tipo de delitos sexuales es que se producen en el interior de las familias.
La mayoría de los casos que se investigan en Chubut, vinculados con los delitos sexuales en sus distintos niveles, se producen en el ámbito intrafamiliar, fenómeno que se viene repitiendo en los últimos años. A la vez cada vez se denuncian más este tipo de delitos.
El dato preocupante sobre la existencia de casos en el interior de las familias, indica que los abusos son cometidos por personas cercanas o pertenecientes a la misma familia, tales como padrastros, padres biológicos, concubinos o parientes muy cercanos.
Al pertenecer a la misma familia y están en estrecho contacto con los niños, el abuso es sostenido en el tiempo y se da de manera progresiva.
Los abusadores tienden a ir progresando en cuanto a la gravedad de la acción y para ello se aprovechan de la confianza del niño. Así pasan de una relación de amistad a una situación sexual que compromete al niño y en la cual se lo fuerza a seguir a través de la amenaza.
Por eso la importancia de denunciar a tiempo los casos de abusos, como una forma de prevenir casos de mayor violencia.
Más denuncias
La difusión del tratamiento judicial para estos casos, algunos resonantes con condenas firmes, sumado a la variedad de estamentos del Estado donde se pueden canalizar las denuncias, ha llevado al incremento de las denuncias.
Entre ellos merece destacarse las distintas delegaciones de la Comisaría de la Mujer de la Policía provincial, donde el personal es capacitado permanentemente para atender de manera conveniente a las víctimas de estos delitos.
A ello se suma la existencia también de organismos judiciales que realizan la debida contención, como lo es el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito (SAVD), organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio Público Fiscal, que es gratuito y tiene presencia en toda la Provincia.
Señales a tener en cuenta
UNICEF sostiene que los niños, niñas y adolescentes que han sido o son abusados sexualmente pueden estar aparentemente asintomáticos. Muchos muestran síntomas que no son específicos ni exclusivos del abuso, sino que se asemejan a otros tipos de trauma, como por ejemplo el maltrato físico y emocional, haber sido testigos de violencia o haber vivido catástrofes. Las manifestaciones adquieren diferentes expresiones súbitas o solapadas.
Para ello es necesario estar atentos si en el niño se incrementan las pesadillas y problemas para dormir, conducta retraída, estallidos de angustia, ansiedad, depresión, rechazo a quedarse solos con una persona en particular, conocimiento inapropiado para la edad acerca de la sexualidad, que se manifiesta mediante conductas y lenguaje sexualizados.
Los niños menores de tres años pueden presentar lesiones genitales y reacciones inespecíficas que, en un principio, parecen inexplicables: irritabilidad, rechazos, regresiones, llanto, trastornos del sueño y el apetito. En cualquiera de estos casos, no debería descartarse la sospecha antes de una cuidadosa evaluación por parte de profesionales especializados.