Una joven madre llegó desesperada al destacamento policial con su beba recién nacida en brazos, que se encontraba asfixiada. Gracias a la rápida intervención de un efectivo, quien le practicó maniobras de Heimlich, la niña logró recuperar la respiración.
Una joven madre de 25 años irrumpió desesperada en el destacamento policial del barrio Otaño, en Plaza Huincul, con su hija recién nacida en brazos. La beba, de apenas dos semanas de vida, se encontraba asfixiada y sin poder respirar. La rápida intervención de un efectivo policial fue clave para salvarle la vida.
El hecho ocurrió el miércoles por la tarde, cerca de las 16:50. En ese momento, el cabo Aitor Mohamed Mendoza, jefe de guardia en el lugar y perteneciente al Comando Radioeléctrico de Cutral Co, asistió de inmediato a la pequeña. Según contó la madre, la beba se había ahogado con su propia saliva.
El policía aplicó maniobras de Heimlich para lactantes y logró desobstruir las vías respiratorias, justo cuando el rostro de la niña comenzaba a tomar un tono morado. Gracias a la maniobra, la beba recuperó la respiración y su estado se estabilizó.
Pocos minutos después, personal de salud llegó al lugar y constató que la niña presentaba signos vitales normales. De todos modos, fue trasladada junto a su madre al hospital local para una revisión más detallada.
Desde la Policía del Neuquén destacaron la actuación del cabo Mendoza y remarcaron que su accionar fue fundamental para que la beba “superara una situación de emergencia”. Una fotografía posterior al rescate muestra al efectivo sosteniendo a la pequeña ya fuera de peligro, en una escena que resume el alivio tras el momento de tensión.