Después de 22 años, el Gobierno Nacional autorizó el ingreso de carne con hueso plano a la región. La medida, publicada en el Boletín Oficial, implica una flexibilización parcial del control sanitario, con estrictas condiciones para preservar el estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación.
Tras 22 años de restricciones, el tradicional asado con hueso podrá volver a consumirse en la Patagonia. El Gobierno Nacional autorizó el ingreso de carne con hueso plano —como costilla y esternón— desde zonas del país donde se aplica vacunación contra la fiebre aftosa.
La decisión fue oficializada este viernes a través de la Resolución 460/2025 del SENASA, publicada en el Boletín Oficial.
Si bien no se trata de un levantamiento total de la barrera sanitaria, la medida representa un cambio importante en las políticas sanitarias de la región, que desde 2002 mantenía estrictas limitaciones para conservar su estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación.
Requisitos y controles para ingresar carne con hueso
Según informó el organismo sanitario, los cortes habilitados deberán cumplir con exigencias muy estrictas para poder ingresar al sur del país.
Solo se autorizará carne fresca y refrigerada, con un proceso de maduración controlado, pH verificado, empaque adecuado y certificación de origen. No se permitirá carne congelada ni el traslado de medias reses o animales enteros.
Además, el transporte deberá realizarse exclusivamente en vehículos autorizados, con control de temperatura y trazabilidad garantizada desde el punto de origen hasta su destino final. “Cada carga deberá estar identificada de forma visible para facilitar su seguimiento”, detallaron desde el SENASA.
El consumo de estos productos estará limitado a la región patagónica, sin posibilidad de redistribuirlos a otras zonas del país.
La medida abarca a las provincias de Chubut, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego y al sur del partido de Patagones, en la provincia de Buenos Aires.
Cabe recordar que la iniciativa ya se había planteado en 2023, pero fue suspendida tras el rechazo de los gobernadores patagónicos. Esta vez, con un nuevo esquema de control sanitario, se avanza en una flexibilización parcial que busca resguardar los estándares sanitarios sin afectar compromisos internacionales.
Desde Presidencia aseguraron que “la nueva normativa protege la sanidad animal y mantiene el estatus diferencial que posee actualmente la Patagonia”.