En el baño de mujeres, alumnas le dieron varios golpes a un teléfono, la batería se prendió fuego y perdieron el control de la situación. Intervino personal de Bomberos.
Lo que comenzó como una simple broma entre adolescentes en el baño de mujeres de la Escuela N.º 750 de Puerto Madryn derivó en una situación de emergencia que activó protocolos, movilizó a los Bomberos Voluntarios y obligó a evacuar por completo el edificio.
El hecho ocurrió el martes cerca de las 11:30, cuando varias alumnas comenzaron a golpear un teléfono celular de manera reiterada hasta arrojarlo con fuerza al piso. La situación se salió de control cuando se produjo una reacción química peligrosa.
Como resultado de los golpes, la batería de litio del dispositivo se desestabilizó. Al romperse y entrar en contacto con el aire, comenzó a arder y liberó un humo tóxico que se propagó por toda la escuela.
Primero se generó una pequeña llama y, segundos después, una densa nube de humo blanco grisáceo invadió el edificio, según relataron desde el establecimiento, provocando alarma entre alumnos y docentes.
Ante el riesgo, se activaron los protocolos de seguridad y una dotación de Bomberos Voluntarios acudió rápidamente tras ser alertada sobre una posible explosión.
“Cuando llegamos constatamos que no se trataba de una explosión, sino de un celular que fue golpeado y arrojado al suelo. Eso generó la inestabilidad de la batería de litio, que reaccionó al contacto con el aire”, explicó el suboficial mayor Hernán Romero, del cuartel de Bomberos de Puerto Madryn.
El operativo incluyó la evacuación total del edificio y se extendió durante aproximadamente 40 minutos, mientras los bomberos ventilaban el lugar y retiraban el dispositivo afectado.
El celular fue trasladado a un espacio abierto y se ventilaron las aulas para disipar el humo, que tenía un “olor metálico, fuerte y muy tóxico”, según describieron.
Las dos alumnas que estaban más cerca del aparato fueron evaluadas por personal de bomberos, al igual que el portero que retiró el celular del interior. Afortunadamente, todos se encontraban en buen estado de salud y no fue necesaria atención médica adicional.
El director del establecimiento, Lucas Grassetti, relató que una alumna advirtió sobre un desperfecto en su teléfono, que comenzó a largar chispas y humear. “El portero lo sacó al patio, pero el olor ya era fuertísimo”, indicó.
El celular, aparentemente nuevo, se habría sobrecalentado de forma repentina. Según explicó Grassetti, se derritió en más de un 80 %, aunque no llegó a prenderse fuego por completo.
Se notificó a la Supervisión Escolar y al hospital, pero debido a la falta de movilidad, no fue posible que el centro médico enviara personal al lugar. Por su parte, los bomberos recomendaron la evacuación por la toxicidad del humo.