El delivery que lo atacó dijo que fue para defenderse del otro automovilista y su hijo. Y se mostró arrepentido: “Hubiera preferido que me siguieran pegando”.
Lo que comenzó como una discusión de tránsito en las calles de Trelew terminó de la peor manera. Este martes, cinco días después del violento enfrentamiento, los familiares de Gerardo López confirmaron que el hombre, de 48 años, perdió una mano como consecuencia del machetazo que recibió durante la pelea.
La agresión ocurrió el viernes pasado, y desde entonces López permanece internado en estado reservado. Según explicó su hijo al Diario Jornada —quien también participó del altercado—, el hombre fue inducido a un coma y aún no está al tanto de su nueva condición.
A pesar de los esfuerzos médicos por salvarle la extremidad mediante un injerto, la situación se complicó por una infección. Finalmente, se optó por la amputación para evitar que la infección se expandiera. Su esposa, Rosa Rebolledo, advirtió que los profesionales no descartan tener que amputar parte del brazo si la infección continúa. El estado de salud de López también se ve afectado por una pulmonía y por su condición de diabético.
La palabra del acusado: “Me tendría que haber dejado pegar”
Este martes se realizó una nueva audiencia judicial en la que se revisará la calificación del hecho. El agresor, un repartidor identificado como Curaqueo, compareció ante la Justicia con signos visibles de la pelea —un ojo morado— y pidió disculpas. Dijo lamentar lo ocurrido: “Hubiera preferido que me siguieran golpeando y que esto no pasara”.
Aseguró haber actuado en defensa propia: “Quiero pedirle disculpas al hombre. No pensé que iba a terminar así. Solo me defendí porque él y su hijo me golpeaban cuando yo ya estaba en el piso. Me tendría que haber dejado pegar”, sostuvo durante la audiencia.
Ambas partes negaron conocerse antes del hecho. La jueza María Tolomei había decidido dejar en libertad al repartidor el domingo siguiente al incidente, cuando aún no se conocía la gravedad total de las heridas. Sin embargo, ahora la situación podría cambiar. La audiencia continuará este miércoles al mediodía, luego de que los jueces Javier Allende y Gustavo Castro resolvieran pasar a un cuarto intermedio para analizar el video del enfrentamiento, que ocurrió a plena luz del día en la vía pública.
Cómo fue la violenta pelea
Todo comenzó el viernes, cuando Gerardo López y su hijo estaban repartiendo leña en una camioneta Ford F100 por el barrio Tiro Federal. En una maniobra, López padre giró en contramano y casi colisiona con la moto de Curaqueo, quien, molesto por la situación, les tomó una foto y advirtió que haría la denuncia.
En principio, el incidente no pasó a mayores. Pero minutos más tarde, cuando el repartidor se dirigía a la Comisaría Segunda para hacer la denuncia, volvió a cruzarse con los López en la esquina de Edwin Roberts y Colombia. Allí comenzó una fuerte discusión.
El hijo de López descendió de la camioneta y golpeó varias veces a Curaqueo, que cayó al suelo. Luego, el padre también se bajó del vehículo y le dio una patada. Fue entonces cuando el repartidor, aún en el suelo, extrajo un machete y atacó a López padre, provocándole un corte profundo en una de sus manos. Un testigo trasladó rápidamente al herido al hospital zonal.
La causa está caratulada como tentativa de homicidio con arma blanca, una acusación grave que podría complicar la situación judicial del delivery. La decisión que tomen los jueces en la audiencia de este miércoles será clave, así como el accionar del fiscal Gustavo Núñez, encargado de la investigación.