Se trata de un cargamento que era transportado en un camión térmico desde Puerto Madryn a Comodoro Rivadavia, donde iba a ser comercializado.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) evitó que llegaran al circuito de comercialización 1.200 kilos de mejillones no aptos para consumo humano y con certificación sanitaria adulterada.
La carga era transportada en un camión térmico procedente de Puerto Madryn para ser comercializados en Comodoro Rivadavia, ambas en Chubut, y fue detectada en un procedimiento rutinario de control a vehículos en ruta en el Módulo Norte de acceso a esta última localidad citada por personal del Centro Regional Patagonia Sur del Senasa.
Durante la verificación, con el apoyo de Gendarmería Nacional, los agentes del Senasa detectaron que la carga de moluscos bivalvos tenía la certificación sanitaria adulterada y carecía del amparo de los análisis de laboratorio que acrediten que se encuentra libre de las toxinas vinculadas con la denominada «marea roja».
Siguiendo el procedimiento habitual para estos casos, el personal regional del Senasa labró las actas de infracción que dan inicio de las actuaciones administrativas correspondientes y, junto con el personal de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, decomisaron los moluscos bivalvos y los enviaron a su desnaturalización, destrucción y entierro en relleno sanitario al sitio dispuesto por el Municipio local para tal fin.
Cabe destacar que sin el aval de los análisis de laboratorio obligatorios que garanticen la inocuidad de los moluscos y su aptitud para la comercialización y consumo humano, este tipo de productos de la pesca son de alta peligrosidad para la salud de las personas debido a la posibilidad de contener toxinas procedentes de la «marea roja».
El Senasa recuerda que la marea roja es un fenómeno natural de los mares, donde las microalgas de las que se alimentan los moluscos acumulan toxinas en su interior y las transmiten a éstos animales que las consumen. De no detectarse esta situación mediante los análisis de laboratorio como los que exige Senasa, las toxinas presentes en los moluscos pueden ser consumidas por las personas y padecer diferentes grados de intoxicación según la toxina, pudiendo llegar a la muerte.
Este tipo de controles sobre los productos de la pesca realizados por el Senasa tienen la finalidad de resguardar la salud de los consumidores y proteger a los productores responsables.