Los abusos comenzaron cuando la niña tenía 11 años. El agresor logró mantener el secreto amenazándola con que si hablaba mataría a su madre y a su hermana
El condenado es el padre de la víctima. Fue encontrado responsable de abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de ascendiente y por haber aprovechado la convivencia con una persona menor de edad. Los jueces de juicio lo condenaron a 16 años de prisión. La sentencia fue confirmada por la Cámara Penal y ahora vuelta a confirmar por el Superior Tribunal de Justicia. No se hace público el nombre del condenado para preservar la identidad de la víctima.
Los abusos comenzaron cuando la niña tenía 11 años. El agresor logró mantener el secreto amenazándola con que si hablaba mataría a su madre y a su hermana. Recién a los 13 años se animó a contarle a su mamá lo que estaba viviendo.
El abuso sexual es un abuso de poder de una persona sobre otra. Los niños no están en condiciones de dar su consentimiento para involucrarse en actividades sexuales que no llegan a comprender totalmente.
El abuso sexual infantil tiene una fase de preparación, otra de interacción sexual, una de develamiento y finalmente una fase de reacción al develamiento. Develamiento es el momento en que el abuso sale a la luz, cuando la niña o niño que lo sufre se anima a hablar, a contar lo que le está pasando, aunque esa primera vez no cuente todo lo que pasó.
Cuando un niño devela que está sufriendo abuso, es fundamental protegerlo. Esa protección implica, entre otras medidas, procurar que reciba contención y atención inmediatas, y dar rápida intervención a la justicia. Las niñas y niños no deben ser interrogados bajo ninguna circunstancia. Sólo se debe procurar la información mínima sobre el hecho que permita determinar qué pasó, cuándo, dónde y quién lo hizo.
Es importante asegurarle que no es su culpa y reforzar en ella/el la idea de que fue muy valiente al atreverse a contar lo sucedido. Luego de agradecerle que lo contara, se debe garantizarle asistencia y protección. E inmediatamente, buscar ayuda.
A qué instituciones acudir
En primer lugar debe asegurarse la salud de la niña o niño acudiendo al hospital o al centro de salud de referencia.
El Servicio de Asistencia a la Víctima del delito, que funciona en el primer piso del edificio de la Fiscalía, cuenta con profesionales especializadas para acompañar durante todo el proceso penal. También puede acudirse a la Asesoría de Familia o a la Comisaría de la Mujer.