En un tribunal militarizado, “Guille” Cantero fue encontrado culpable de dirigir desde su celda varios ataques contra jueces. Acumula sentencias por 84 años de cárcel. “¿Mi oficio? Contrato sicarios para tirarle tiros a los jueces”, había dicho.
El jefe de la narcobanda rosarina “Los Monos”, Ariel Máximo “Guille” Cantero, fue condenado a 22 años de prisión en el séptimo juicio al que fue sometido en su extensa trayectoria criminal, en esta ocasión como acusado de instigar siete de los diez ataques a tiros a domicilios de magistrados y edificios judiciales ocurridos en 2018 en Rosario. El tribunal aclaró que por otros delitos relacionados le sumó otros 6 años más de cárcel. De esta forma, suma 28 años a su listado de condenas en donde acumula 84 años de cárcel, aunque la unificación máxima de prisión efectiva es 50.
En esta oportunidad, los jueces Hebe Marcogliese, Rafael Coria y Pablo Pinto lo condenaron por balaceras ocurridas entre mayo y agosto de 2018. Los atentados, según la investigación, estuvieron motivados por la condena de 22 años que le dictaron por ser considerado líder Los Monos y tras la decisión de trasladarlo desde el penal de Santa Fe en el que había sido alojado, a una unidad del Servicio Penitenciario Federal en Chaco
En la lectura del fallo, Marcogliese destacó que “no había precedente” de los ataques “que desafiaron y negaron al poder del Estado, que es el de la sociedad en su conjunto”. “Esperamos que esto sea un hito, un freno a las organizaciones que ponen en vilo a las instituciones democráticas”, dijo antes de dar el veredicto.
La magistrada pidió, en ese sentido, “políticas públicas comprometidas” y que se “garanticen los recursos necesarios, que trasciendan a gobiernos y gestiones”.
“El análisis permite un panorama general sobre el cómo, el quién y por qué materializaron los hechos aquí ventilados”, dijo Marcogliese que destacó las pruebas presentadas por los fiscales del juicio, Miguel Moreno, Matías Edery, Aníbal Vescovo y Gastón Ávila. “Los objetivos agredidos se vincularon a dos de los jueces que condenaron a Ariel Cantero en primera instancia, a dos comisarios que integraron la Policía de Investigaciones en esa causa y a dos juezas de la Cámara de Apelaciones”, detalló.
Al mismo tiempo, dijo que el capo, desde su lugar de detención, se comunicaba con tres de los acusados para concretar los ataques. Esta semana, la Procunar presentó un informe en el que advierte la urgencia de implementar medidas para frenar el crecimiento de las organizaciones criminales en prisión.
El Centro de Justicia Penal (CJP), donde se llevó a cabo el debate, permanece blindado con vallas y es custodiado por un centenar de efectivos ante la posibilidad de un nuevo ataque. Nuevas amenazas y una balacera en las vísperas del juicio, motivaron el refuerzo de la seguridad del edificio.
Los fiscales del juiciohabían pedido al tribunal una pena de 24 años de prisión para el líder de “Los Monos”, mientras su abogado defensor solicitó la absolución o, en caso de ser condenado, a 6 años y 8 meses de privación de la libertad.
Cantero, de 33 años, ya fue condenado en otras seis oportunidades por delitos como homicidio, amenazas, portación ilegal de armas, secuestro extorsivo y narcotráfico, por los que acumuló penas por 62 años que aún no fueron unificadas.
Cuatro de esas condenas fueron por delitos cometidos mientras estaba en prisión, situación que no menguó significativamente su actividad criminal.
En su alegato final, los fiscales también pidieron la pena de 24 años para Matías César y su novia, Lucía Uberti; 13 años para Daniel “Teletubi” Delgado –condenado por el triple crimen de militantes sociales de Rosario- y Leandro Olivera; 12 para Leonel Fernández y 9 y seis meses para Damián Chávez.
Para los acusadores, Cantero ideó desde la cárcel al menos 7 de los 10 ataques ocurridos aquel año, con el presunto objetivo de “tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público”.
Los investigadores señalaron que con ese fin, el líder de la banda “Los Monos” tenía por debajo suyo a tres organizaciones que cometían, en forma directa o a través de terceros, los atentados que él dictaba.