Edgardo Cárdenas, es profesional de la fotografia, y vivió un momento insólito en su viaje desde Río Grande a Río Gallegos.
A través de redes sociales, Eduardo Cárdenas, contó y retrató su experiencia cuando volvía de Río Grande a Río Gallegos, en una de esas rutas patagónicas, desoladas pero con amigos de cuatro patas que te sorprenden en el camino, el fotógrafo posteó:
“Volviendo de Río Grande, Tierra del Fuego, a unos kilómetros de la frontera de San Sebastián veo una “cigüeña” de extracción de petróleo y me queda gustando la luz del lugar. Pego la vuelta para hacer las fotos (esto lo puedo hacer cuando viajo solo o con otro con mi misma locura)”.
“En el lugar hay un grupo de guanacos pero todos salen corriendo asustados, a excepción de uno que se queda y me observa. Aprovecho la oportunidad y también le hago fotos”.
“Me miraba con mucha atención y comienza a acercarse. Pensé que pasaría cerca para cruzar al otro lado de la ruta pero no, venía hacia donde estaba”.
“Cambio inmediatamente de cámara ya que lo tenía muy cerca, tan cerca que mete su cabeza por la ventana. Entre sorprendido, feliz, asustado le hablo. El solo me miraba y movía su boca”.
“Solo se me ocurrió ofrecerle una galleta y se la acerco con la mano. Muy suavemente me la saca con su boca. Pude ver mucha ternura en su mirada. El tema es que no quería irse”. “Hablamos un buen rato. Cuando doblo el auto para regresar veía cómo me seguía. Paro nuevamente y le explico que debía seguir de viaje”.
“Me estremecía su mirada. Parecía que era una despedida de eternos amigos. Se me estrujó el corazón y me fui. Su mirada y el momento me acompañó durante gran parte del viaje y mientras escribo lo recuerdo con cariño. Espero les guste las fotos de mi nuevo amigo”, escribió en un posteo en redes sociales en el cual pubicó las fotos.