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Mundial

El chubutense en Qatar cumplió la promesa para su amigo diagnosticado de cáncer

Una fuerte historia y un compromiso con su gran amigo de cancha que se enfermó seriamente días antes de viajar lo llevaron hasta allí. Y lo logró.

Diez días antes del comienzo del Mundial, la historia de un argentino que estaba en Qatar se hizo viralPide comida, duerme en la calle y toma agua de las fuentes: la vida “low cost” de un argentino en el Mundial, se tituló la historia publicada en TN. Detrás de ese viaje que había comenzado muchos antes, de una estadía sufrida y de una experiencia inolvidable, estaba además la promesa que Lucas Villarroel, el protagonista, le había hecho a su amigo, Ignacio Spinetto: conseguirle la firma de Julián Álvarez, el ídolo de ambos, porque son fanáticos de River. Y la cumplió.

Todo comenzó cuando Lucas, de ahora en adelante Peluca, como todos lo llaman, decidió quitarse la mochila de su vida yéndose de Trelew, su ciudad. ¿A dónde? No lo sabía. Primero iba a ser a Europa, pero dificultades burocráticas se lo impidieron. Terminó siendo Qatar, donde llegó el 7 de septiembre “con dos remeras, dos pantalones cortos y uno largo”, según dijo, luego de recorrer más de 20.000 kilómetros por todas las escalas que debió hacer para abaratar su travesía y cumplir su promesa.

La hoja de ruta de Peluca: más de 20 mil kilómetros para llegar a Qatar

¿Cuándo saliste de Trelew?

Yo salí de allá el 28 o 29 de julio, llegué a Barcelona el 1° de agosto y ahí alquilé una pieza. Tenía en total 2300 dólares y cuando llegué a Qatar, el 7 de septiembre, me quedaban mil euros. Ahora no tengo ni pasaje de vuelta, pero de alguna manera me arreglaré.

¿Cómo sobrevivís?

De un montón de manera. Pido ayuda, pido comida, reviso los tachos, no pasa nada. Acá ya perdí el miedo a todo.

¿Cómo es que te animaste a venir a Qatar, donde ahora ves que no todo es tan estricto como parecía, en esas condiciones?

Porque yo no tenía ni tengo nada que perder. Lo más importante que tenía, que era mi abuelo, ya había muerto. Y además tenía que sanar muchas cosas de mi vida, así que decidí irme y le propuse a mi amigo Nacho, con el que siempre vamos a la cancha, viajar juntos, pero surgió un problema, le detectaron cáncer, tuvo una operación muy grosa en la cabeza. Entonces le dije que yo iba a venir y como sea le iba a conseguir la firma de nuestro ídolo, Julián Álvarez.

¿Cómo hiciste para dar ese paso y qué querías dejar atrás?

Bueno, yo tenía la camioneta de mi abuelo, que siempre me la querían comprar, pero yo no tenía motivo para venderla hasta que pasó esto y ‘dije ya fue, la vendo’. Yo quería tratar de curar una adicción que empecé a tener a los 16, cuando falleció mi abuelo Francisco, y creí que hacer esto podía sacarme de ahí ahora que tengo 32.

¿Y qué cosas pasaste en Qatar desde que llegaste hace ya tanto tiempo y hasta hoy?

Jajaja, de todo. Dormí en la calle, pedí comida, tomé agua de las fuentes, pedí ayuda, conocí mucha gente, pero lo peor de esto ya pasó. Fueron unos 70 días en los que la pasé mal, incluso cuando llegué me estafaron con el alojamiento, me tomé un colectivo y me perdí, la gente no me entendía…

¿Pensaste en volverte a la Argentina?

Sí, claro, me vi como un caprichoso, pero yo tenía algo que cumplir. Entonces, una vez, después de estar varios días en la casa de un flaco que me dio una mano, pero me hizo ver que ya me tenía que ir, pensé que no podría estar mucho más. Y fue por ahí que asumía el embajador argentino acá en Qatar, me fui a la Embajada y terminé comiendo ahí, una locura. Yo estaba con mi mochila que se hacía carpa y bueno, pedía comida y dormía en la playa, así la iba zafando.

Cómo estás hoy, a tres meses de haber llegado?

Bueno, pasé de todo, cosas muy buenas y otras no, pero ir conociendo gente me hizo llegar hasta un sirio que tiene un departamento acá y estoy ahí con otros dos chicos argentinos. La verdad es que no sé qué haré cuando termine esto y no me importa, vivo el día a día, disfrutando.

La hoja de ruta de Peluca: más de 20 mil kilómetros para llegar a Qatar

Viniste por la promesa a tu amigo y finalmente tenés la firma de Julián Álvarez, ¿cómo fue?

Sí, porque no todas las promesas son falsas. Cuando TyC Sports me hizo la nota que tuvo tanta repercusión, yo lo había contactado a Matías Pelliccione, el periodista que me la hizo, para contarle mi historia y así salió. Le gustó a mucha gente que me empezó a escribir para ayudarme y entre toda la gente que me escribió estaba la novia de Julián, que me dijo que me quedara tranquilo, que iba a tener la firma.

Y cumplió él y cumpliste vos…

Claro. Después de varios desencuentros, porque fue difícil coincidir, pude buscar la foto de Julián con su firma para mi amigo y listo, yo he vivido acá muchas cosas, pude entrar a tres partidos del Mundial, dos fueron de la Selección, pero ya está, estoy hecho.

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