Su mamá, Anastasia Kravchenko, explicó«ya no hay ninguna solución ni quirúrgica, ni de medicamentos, ni nada, para que la puedan ayudar, lo único que puede hacer que ella siga con su vida es un trasplante».
Anastasia Kravchenko, madre de Ekatherina, relató el difícil camino de su hija y la necesidad de concienciar sobre la donación pediátrica de órganos.
Anastasia, quien es oriunda de nuestra ciudad compartió el diagnóstico de su hija Ekatherina: «ella era mi primer embarazo, mi primera hija. En la semana 24 de gestación nos hacen un control de rutina, una ecografía, y da que ya tiene como una acumulación de líquido en el abdomen, a lo que sospechan que puede ser algo cardiovascular».
La gestación de Anastasia transcurrió con normalidad hasta la semana 24, cuando una ecografía reveló una complicación cardíaca en su bebé, que la llevó a recibir atención especializada en Buenos Aires.
Ekatherina nació con hipoplasia de ventrículo izquierdo, esto hizo que debiera a someterse a múltiples cirugías cardíacas desde los primeros días de vida. Sin embargo, las complicaciones posteriores, incluida una infección por COVID, empeoraron su condición: «el postoperatorio fue muy complicado, desde infecciones, se le abrió la herida quirúrgica, tuvo hemorragias pulmonares, fueron muchas cosas lo que causaron que ella termine con una traquestomía»
La situación de Ekatherina se tornó crítica cuando los médicos determinaron que su única opción viable era un trasplante cardíaco pediátrico debido al deterioro irreversible de su corazón: «ya no hay ninguna solución ni quirúrgica, ni de medicamentos, ni nada, para que la puedan ayudar, lo único que puede hacer que ella siga con su vida es un trasplante».
Es por eso que Anastasia lucha por concientizar sobre la donación de órganos pediátricos, crucial para salvar a chicos como su hija: «lo complicado de lo que son los trasplantes pediátricos, la donación de órganos pediátricos, es que no hay ninguna ley que los proteja a ellos; está la ley Justina, que dice que los que son mayores de 18 años de edad son donantes, excepto que expresen lo contrario, pero los que son menores de edad, cuando el niño o la niña se encuentran en esa situación, se le pregunta a los padres si quieren que su hijo sea donante o no».
Y agregó que: «entonces, como no se habla, por ahí llegan a esta situación en donde su hijo o su hija, lamentablemente, no tienen más opciones y les presentan esta pregunta en medio de un momento de angustia, de dolor, y los padres obviamente que no saben cómo reaccionar.»
Finalmente Anastasia expresó: «Lo que intentamos hacer es que la población, que acaso obviamente es argentina, se concientice, hablemos más de esto para que no sea un tema raro de hablar, porque es una realidad que casi 200 niños hoy en día están pasando, que lo único que los puede salvar y lo único que les puede dar vida es un órgano nuevo.»