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jueves, abril 24, 2025
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Chubut

Cruzó a Chile el femicida de Esquel que se fugó horas antes de escuchar su pena

Lo informó el ministro de Seguridad tras la reconstrucción de su huida. Criticó con dureza al juez que, tras la condena de un jurado popular, le mantuvo la prisión domiciliaria.

Miguel Vargas Nehuen, el femicida que huyó de las casas de sus padres en Esquel, donde cumplía prisión domiciliaria.

El ministro de Seguridad y Justicia de Chubut, Héctor Iturrioz, confirmó que Miguel Alejandro Vargas Nehuen, condenado por el femicidio de Ana Calfín en Esquel, logró cruzar la Cordillera y se encuentra prófugo en Chile.

La información se desprende de una investigación que logró reconstruir con precisión los pasos que dio el acusado tras abandonar la ciudad en la que cumpía prisión domiciliaria a la espera de escuchar la pena que le impondrían, luego de ser condenado por un tribunal popular en un juicio por jurados.

Justamente, apenas unas horas antes de la audiencia prevista para el mediodía del martes 15 de abril, el asesino se ausentó de la casa de sus padres. Cuando la policía lo fue a buscar, fue su propia madre la que confirmó que lo había ido a ver a las 7 de la mañana y no lo encontro.

El prófugo debía presentarse en Tribunales para escuchar la lectura de un veredicto en el que, se descontaba, le dictarían la prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por el vínculo” y por haber sido cometido “en contexto de violencia de género”, la única poena posible para esa figura legal.

Dos “localidades pequeñas” en la mira
“Está confirmado que se encuentra en Chile, y tenemos identificadas dos localidades pequeñas donde podría estar oculto”, dijo Iturrioz el último en declaraciones a AM 780.

Según detalló, la investigación determinó con cámaras de seguridad y testimonios cómo salió de Esquel, en qué taxi, con quién y hasta qué punto del trayecto fue dejado por el vehículo.

A partir de estos datos, se desplegó un operativo internacional con colaboración de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile e Interpol, que ya emitió una alerta roja. El procedimiento avanza con trámites de exhorto judicial y posibles pedidos de allanamiento y extradición, en caso de localizar al prófugo.

Sin embargo y pese a esos avances en la investigación, pasados cuatro días todavía no hubo más novedades sobre el paradero del femicida.

Críticas al juez de Esquel
Más allá del despliegue para la de búsqueda, hasta ahora sin resultados, Iturrioz fue contundente al responsabilizar al Poder Judicial por haber otorgado la prisión domiciliaria, que facilitó la fuga del condenado.

“Ya me quejé públicamente del dispendio de recursos que implica tener a la DPI de Esquel reforzada por personal de otras jurisdicciones. Lo que cuesta en términos presupuestarios y de personal es altísimo”, señaló.

El funcionario apuntó al juez Novarino, quien resolvió que Vargas Nehuen esperara la audiencia de imposición de pena en la casa de sus padres, pese a que el jurado popular ya lo había declarado culpable por unanimidad.

“Si el jurado dice que es culpable, es culpable. Es inapelable. Somos esclavos de la ley. Si no te gusta, estás haciendo un trabajo equivocado”, sostuvo Iturrioz.

“La policía actúa, investiga y se mueve rápido. Pero si desde el otro lado hay decisiones que no acompañan, se pone todo en riesgo. Y lo terminamos pagando todos”, se quejó el ministro. “¿Quién se hace cargo de todo esto ahora? Las consecuencias las paga la familia de la víctima, que siente que la Justicia no responde. Y también las paga el Estado”, agregó.

Femicidio y fuga en Chubut
En el juicio por jurados la fiscalía logró demostrar ante los 12 ciudadanos que debían decidir sobre la culpabilidad o inocencia de Vargas Nehuén que la muerte de Anita, como le decían quienes la trataban, no fue un accidente: con una minuciosa reconstrucción a partir de testimonios, pericias a celulares y otras pruebas, quedó acreditado que el femicida la roció con un líquido combustible y la prendió fuego.

Su fuga fue detectada cerca de las 08:30 del 15 de abril, cuando agentes fueron al domicilio donde el condenado cumplía arresto domiciliario, ubicado sobre la calle Costanera de Esquel, y constataron que no se encontraba en el lugar.

Fue la propia madre y dueña de casa la que les confirmó la huida. Les dijo que la última vez que vio a su hijo fue alrededor de la 1:00 de la madrugada, antes de irse a dormir, y que a las 07:00, cuando fue a la habitación que ocupaba el condenado, afuera de la vivienda principal, notó su ausencia y dio aviso de inmediato al abogado defensor.

Ante la situación, se dio intervención a la División de Investigaciones y a la fiscal de turno. Además, se activó el protocolo correspondiente y se emitió la alerta a la red policial provincial, que inició un operativo de búsqueda del prófugo.

Tras la sentencia que llevó algo de paz a la familia de la víctima, la noticia de la fuga volvió a profundizar el dolor. Incluso, a medida que pasaron los días y no lograron dar con el condenado, manifestaron públicamente que tenían miedo a represalias, ya que no contaban con protección policial. Por ahora, siguen esperando justicia.

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