Cada vez más familias se suman a la tendencia de adquirir desde fines de noviembre los materiales necesarios para el ciclo escolar del año siguiente. Con la escalada de precios, que en el rubro ya superó el 170% en un año, el ahorro ronda entre el 30% y el 45%.
Ante una inflación sin freno, la búsqueda de estrategias para no perder poder de compra es una constante entre los argentinos. Entre fines de noviembre y lo que va de enero, las compras anticipadas de útiles escolares aumentaron cerca de un 25% respecto del mismo período del año anterior, lo que permitió un ahorro que rondó entre el 30% y el 45%.
Para sumarse a esa tendencia en crecimiento se necesitan dos condiciones. Primero, que los colegios entreguen a los padres y a los alumnos las listas de útiles del ciclo escolar siguiente antes del inicio de las clases, pero también contar con los recursos para que las familias puedan afrontar un gasto que históricamente no se correspondía con esta época del año.
Algunos destinaron el medio aguinaldo, otros sumaron los útiles a los regalos del arbolito de Navidad y otros antepusieron ese compromiso a otros gastos de las vacaciones, según dijeron empresarios del sector.
Por qué anticipar las compras permite ahorrar
En el sector, la coincidencia es que cuanto antes se compren los útiles escolares, mayor diversidad de stock se consigue y a precios más accesibles. Desde la cadena de librerías ALOT estimaron que para quienes compraron entre fines de noviembre y principios de diciembre, el ahorro rondó el 45% respecto de mediados de febrero próximo, mientras para quienes están comprando en enero el beneficio alcanza un 30%. En la compañía verificaron que el crecimiento de esta tendencia fue del 25% respecto del año anterior.
“La lógica de comprar los útiles escolares con anticipación se realiza para evitar el estrés que se genera en febrero y porque muchos colegios tienen la metodología de enviar el listado de útiles para el año siguiente al final del año escolar. La aceleración de la inflación y la falta de producto, también fueron factores que promovieron este cambio en la dinámica de los consumidores”, dijo Germán Di Carlo, presidente y CEO de ALOT.
Sebastián, encargado de la Librería Aguilar, del barrio porteño de Caballito, señaló que “desde noviembre las familias empezaron a comprar útiles escolares, porque cada vez más colegios les dieron las listas y eso ayudó”. Allí, por haber comprado antes de la devaluación que se dio con el cambio de gobierno, el ahorro alcanzó el 40%.
Otro de los beneficios es la diversidad de opciones con las que se cuenta, especialmente “para quienes quieren mochilas, carpetas, cartucheras u otros artículos con licencias internacionales”, explicó el encargado de Aguilar.
“El que compra ahora tiene todos los diseños, las opciones, los personajes y el surtido disponibles, que con el tiempo se van agotando, porque se trata de productos de temporada, que no se reponen”, indicó.