La firma fabricante de armas Remington deberá pagar 73 millones de dólares a los familiares de una masacre ocurrida en 2012 en un colegio del Estado de Connecticut, donde murieron 20 alumnos y 60 profesores.
La Justicia de los Estados Unidos condenó este martes a un fabricante de armas por la matanza de Sandy Hook, ocurrida en 2012 en un colegio del estado de Connecticut. En aquel hecho fueron asesinados 20 alumnos y 6 profesores por un joven de 20 años que abrió fuego en la escuela y luego se suicidó. La inédita condena recayó sobre la empresa Remington, fabricante del arma usada en la masacre.
Las familias de nueve de las víctimas recibirán una indemnización de 73 millones de dólares por parte de Remington. El rifle que Adam Lanza usó para matar a 26 personas en el colegio, el 14 de diciembre de 2012, era de esa empresa. Entre las víctimas, se cuentan el propio Lanza y su madre. El asesino se suicidó antes que se le terminaran las balas.
La Justicia sostuvo que Remington comercializa sus productos de manera irresponsable entre jóvenes de riesgo, mediante su publicidad en videojuegos. Los abogados de las familias argumentaron que la publicidad del rifle semiautomático usado, el Bushmaster AR-15, violó la legislación estatal porque estaba dirigía a consumidores civiles, aunque por sus características sería solo adecuado para uso militar y policial.
A pura sangre
La matanza de Sandy Hook fue el tiroteo masivo más grande en una escuela primaria o secundaria en la historia de Estados Unidos. Resultó, además, el cuarto más sangriento hecho por una sola persona en la historia, después de la masacre de Virginia Tech en 2007; la del Club Pulse en Orlando en 2016; y el tiroteo de Las Vegas, en 2017.
El joven tenía 20 años. Primero mató a su madre dentro de su casa y después condujo el auto de ella hasta la escuela, donde abrió fuego contra alumnos y profesores.
Un informe de noviembre de 2013 emitido por la oficina del Fiscal del Estado de Connecticut llegó a la conclusión de que Lanza actuó solo y planeó sus acciones, pero no hubo ningún indicio de los motivos de por qué lo hizo.