El Tribunal Oral Federal 7 inició el debate de forma virtual, en una causa donde Kirchner está acusada de liderar una asociación ilícita. La expresidenta cuestionó el proceso y lo calificó como un ‘show judicial’ impulsado por intereses políticos.

El juicio oral por la denominada causa “Cuadernos” comenzó esta mañana ante el Tribunal Oral Federal 7, que tiene como una de las principales imputadas a la expresidenta Cristina Kirchner. La expresidenta está procesada por los delitos de asociación ilícita y cohecho pasivo en el marco de uno de los mayores expedientes por corrupción de la historia argentina.
Las audiencias, que contaron con la conexión virtual de los 87 acusados, sus defensas, la fiscalía y la querella de la Unidad de Información Financiera (UIF), se iniciaron con casi una hora de retraso respecto a lo previsto. El tribunal, integrado por los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli, sesionó desde una sala del Palacio de Justicia de la Nación.
El origen de la causa Cuadernos y la acusación de la fiscalía
La investigación que dio origen al caso “Cuadernos” comenzó en 2018, bajo la dirección del fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio.
Se basó en las anotaciones detalladas del chofer Oscar Centeno, quien registró un supuesto circuito de sobornos entre empresarios de la obra pública y funcionarios gubernamentales durante las presidencias de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2015). La pesquisa reveló un presunto esquema sistemático de recaudación ilegal de fondos a cambio de contratos de obra pública, que habría involucrado miles de millones de dólares.
Según la fiscalía, los imputados “integraron una asociación ilícita” que operó desde mayo de 2003 hasta noviembre de 2015. El objetivo era organizar un sistema de recaudación para “recibir dinero ilícito con el fin de enriquecerse ilegalmente y de utilizar parte de esos fondos en la comisión de otros delitos”. La investigación sostiene que el dinero se entregaba «alternativamente a los titulares del Poder Ejecutivo Nacional o sus secretarios privados» en domicilios particulares, la Residencia Presidencial de Olivos o la Casa de Gobierno.
Debido a la gran cantidad de involucrados, el juicio se desarrollará íntegramente de manera virtual. Inicialmente, el Tribunal Oral Federal 7 había programado una audiencia semanal, pero la Cámara de Casación sugirió acelerar el ritmo para evitar que el proceso se extendiera por más de tres años. Finalmente, hasta fin de año, el esquema será el original: las audiencias se realizarán todos los jueves a las 9:30 de la mañana y serán transmitidas por YouTube.
Cristina Kirchner habló en la previa al inicio del juicio por la causa cuadernos
En la antesala del inicio del proceso, Cristina Kirchner publicó un mensaje en redes sociales a quienes impulsan el juicio, afirmando: “Comienza otro show judicial, pero no tengo miedo, la historia pondrá las cosas en su lugar”.
La exmandataria denunció que el proceso judicial responde a “intereses ajenos a la justicia”.
La expresidenta sostuvo que “parece que no les bastó con meterme presa y proscribirme de por vida en la causa Vialidad: necesitan mantener viva la OPERETA JUDICIAL para seguir presionando y, sobre todo, distraer la atención”. Atribuyó la reactivación del expediente a una estrategia de manipulación política, vinculando su inicio a “calendario político” y a la discusión de temas como “el futuro del trabajo y de las jubilaciones”, calificándolo como “una verdadera agenda judicial al servicio del ajuste”.
Cristina Kirchner también cuestionó la legitimidad de los testimonios de los denominados “arrepentidos”, a quienes tildó de “extorsionados”. Para sustentar su crítica, citó al actual ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien en 2018, como abogado defensor, había advertido sobre la presión para que los imputados “mientan” e “involucren a alguno” a cambio de su libertad.
Finalmente, la exmandataria vinculó el avance del juicio con la situación económica y el endeudamiento externo, denunciando un “segundo mega endeudamiento de la Argentina por miles de millones de dólares” que, según ella, “hipoteca el presente y el futuro de varias generaciones”. Concluyó que esto ocurre “sin que ningún fiscal los acuse, ni ningún juez los juzgue por el latrocinio”, mientras “los argentinos endeudados y viviendo cada vez peor”.
