El Consejo Agrario Provincial propone modificar la ley para permitir la salida de carne sin procesamiento local ante la falta de frigoríficos que hagan la faena dentro de provincial.
La Legislatura de Santa Cruz debate una modificación a la Ley 2485 para autorizar la caza comercial de la liebre europea y permitir el traslado de su carne fuera de la provincia sin procesamiento industrial. Actualmente, la normativa impide la salida de este producto sin su industrialización en territorio santacruceño, pero la falta de frigoríficos en la región generó el interés de empresas de otras jurisdicciones.
La iniciativa fue presentada en la comisión de Producción Agropecuaria y Pesca de la Legislatura provincial con la participación del presidente del Consejo Agrario Provincial, Adrián Suárez. Según explicó el funcionario, la caza y procesamiento de la liebre europea dejó de realizarse en Santa Cruz hace más de una década, lo que limita las posibilidades de aprovechamiento de esta especie, cuya población ha crecido considerablemente.
“Nos encontramos con la problemática de que vienen empresas de otras provincias que quieren procesar la liebre fuera de Santa Cruz, pero la ley vigente lo impide”, explicó Suárez durante la reunión de comisión. Además, señaló que el aumento de la población de liebres está generando conflictos con productores agrícolas, especialmente en zonas como Gobernador Gregores, Lago Posadas y Los Antiguos, donde los cultivos de alfalfa fueron afectados.
La liebre europea (Lepus europaeus) es una especie invasora que conquistó el nicho ecológico a la nativa (mara), además el ramoneo, en el caso del bosque genera un impacto negativo, manteniendo a los árboles sin poder crecer en altura y desarrollando un crecimiento achaparrado, que de no desaparecer ese disturbio, condena de alguna manera al bosque nativo.
En Argentina fue introducida en 1888 en una estancia de la provincia de Santa Fe, donde se soltaron 4 parejas, para caza deportiva. Unos años más tarde fue introducida en las provincias de Buenos Aires y Córdoba. A partir de estos grupos en poco tiempo se expandió ampliamente por casi todo el país, gracias a su alta tasa de reproducción y su capacidad para adaptarse a distintos ambientes; se calcula que sus poblaciones son de decenas de millones de ejemplares.
El desarrollo de la industria frigorífica de liebres fue logrado en décadas de trabajo, que se inicia en la década del cincuenta, y se halla sustentado en esta especie. La liebre por ser especie introducida conserva la potencialidad de ser perjudicial para la agricultura agropecuaria, por esta razón es que las poblaciones se hallan controladas, y solo a través de la explotación integral que se llegó a un mecanismo adecuado para mantener los niveles de las poblaciones controlados. La mayor demanda de carne de liebre es la proveniente de Europa, donde el consumo de carnes de caza es tradicional.
La caza comercial como actividad legal es regulada a nivel provincial en nuestro país, a través de la habilitación de la temporada de caza. La autoridad de aplicación y fiscalización de Recursos Naturales de cada provincia, realizan el relevamiento de las poblaciones de liebre y dependiendo de los resultados, se genera la disposición de caza, donde se define la fecha de apertura y cierre de la temporada, requisitos y permisos para el cazador, los frigoríficos, los acopiadores, entre otros actores de la cadena. También los partidos habilitados y/o vedados para la caza, el cupo de esa temporada, etc. Y fundamentalmente se fiscalizan que todos los requisitos sean cumplidos.
Los impulsores remarcan que existe una importante demanda de carne de liebre proveniente de Europa, donde el consumo de carnes de caza es tradicional. También destacan que la trazabilidad y condiciones sanitarias permiten a nuestro país acceder a ese exigente mercado, con algunas oscilaciones, pero de manera relativamente sostenida.
Además, remarcan que la inversión en tecnología y maquinaria aumentó significativamente el valor agregado de los productos.
En la Argentina, la caza comercial es regulada por las provincias, que realizan los relevamientos de las poblaciones y, dependiendo de los resultados, definen si especies como la liebre europea se pueden cazar, en qué momentos del año, en qué condiciones y con qué requisitos, además de establecer cupos máximos de presas para cada temporada, entre otras variables.
También son responsables de los controles para que todas estas pautas se cumplan. De hecho, es frecuente que en Santa Cruz y otras zonas de la Patagonia y el país se sancione a cazadores furtivos, que no cumplen con las disposiciones.
Fuente: La Opinión Austral