Ocurrió en Caleta Olivia. Irrumpieron en el living tras romper una ventana y amedrentaron a los menores para llevarse 3 millones de pesos.
Cuesta imaginar el terror que habrán sentido los pequeños de apenas tres años cuando, solos en su casa de Caleta Olivia, en Santa Cruz, fueron sorprendidos por dos hombres vestidos de negro y encapuchados que los amenazaron con un arma para cometer un robo en el domicilio.
Los intrusos estuvieron varios minutos en la vivienda ubicada en la calle Emilio Arce, en el barrio Rotary XXIII, hasta que dieron con un bolso en el que había dinero en efectivo y se dierron por satisfechos. Huyeron con un botín de $3 millones de pesos, dejando a los dos menores aterrorizados.
Su padre había salido cerca de las 11 de la noche, y cuando volvió, pasada la una de la madrugada del último martes, encontró a sus dos hijos muy alterados.
Tras descubrir el robo, se presentó en la Comisaría Quinta para hacer al denuncia a la policía, que inició una investigación para tratar de dar con los delincuentes.
Según informaron fuentes del caso a La Opinión Austral, se pudo establecer que los ladrones rompieron una ventana del frente de la casa para irrumpir en la vivienda durante las últimas horas del día.
En el living se toparon con los dos pequeños. Mediante amenazas verbales y dejando ver un arma tipo revólver de color gris, los mantuvieron bajo control mientras buscaban dinero.
Pericias de la policía de Santa Cruz
Tras el violento episodio, policías del Gabinete Criminalístico trabajaron en la vivienda para recolectar evidencias que permitan identificar a los intrusos.
Además, la División de Investigaciones inició un relevamiento en el barrio en busca de testimonios de vecinos que pudieran haber visto o escuchado algo, o aportar cualquier tipo de investigación. Además, rastrearon cámaras de seguridad de la zona que pudieran aportar imágenes de los ladrones, antes o después del ataque.
En los últrimos tiempos, hubo varios ataques de delincuentes con el rostro oculto que amenazan o incluso agreden a sus víctimas para robarles en sus domicilios o lugares de trabajo, pero en esta oportunidad fueron un paso más lejos, aprovechándose de dos nenes absolutamente indefensos.