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lunes, octubre 27, 2025
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Cobra la jubilación mínima y canta frente al Obelisco para llegar a fin de mes: “Gano más haciendo esto”

Julia tiene 72 años y de jueves a domingos se ubica en la mítica esquina porteña para poder comer y comprar sus medicamentos. “Este es mi teatro”, dijo.

Antes de tomar la decisión de cantar frente al Obelisco, Ámbar Ayelén Imoberdoff se puso el traje de figura. Pensó en el vestuario que utilizaría, el repertorio que cantaría y la ubicación exacta en la que se pararía junto a su carrito, su parlante y su micrófono, publicó TN.

Como Ámbar no la convencía también buscó un nombre artístico para su personaje. Eligió Julia, a secas, sin un apellido. Pensó también en un cartel para que su público, además de escucharla cantar, la conociera mejor.

“Hola, soy Julia. Tengo 72 años y soy jubilada. Canto para llegar a fin de mes”, escribió la mujer sobre un afiche de color blanco, pegado sobre un pedazo de cartón. Julia, fiel a su personalidad, le agregó al mensaje dos caritas sonrientes.

“Hace un año y medio que estoy cantando acá, en este lugar que es muy bonito y en donde la gente es apacible. Se prenden con todo lo que yo hago. Esta es mi felicidad”, expresó.

Julia vive en la ciudad bonaerense de Guernica y de jueves a lunes, entre las 19 y las 21, se ubica en la esquina de Avenida 9 de Julio y Avenida Corrientes e interpreta una serie de canciones: “Tengo muchos problemas de salud y necesito la plata”.

“Soy de Entre Ríos y vine muy joven a Buenos Aires. Llegué con el sueño de cantar o ser una estilista famosa, pero todo se detuvo porque tuve que empezar a trabajar. Lo hice desde muy joven en un hotel y luego empecé a estudiar para ser chef”, contó Julia.

“Eso fue lo mejor de mi vida, cocinar. Hacer rica comida en restaurantes. Trabajé durante casi 40 años, pero me tuve que jubilar con menos porque me robaron. Descubrí muchos años después que mis empleadores no depositaban los aportes y me daban recibos de sueldo truchos. Solamente me reconocieron 25 y otros 5 de moratoria, así que cobro la jubilación mínima”, narró la cantante.

“Estoy desde las 19 hasta las 21 porque después tengo que tomar el último tren para llegar a mi casa. Los sábados hago dos shows me voy a las 3 de la mañana. Como en McDonald’s, que es lo más barato, luego me tomo el colectivo y a las 4.20 estoy en Constitución para esperar el tren”, continuó.

La jubilada precisó que el último mes cobró $105.000 y un bono de $55.000 que lo gastó en tres días para comprar “carne, pollo y otras cosas”.

“Acá la gente es muy generosa gracias a Dios. Durante un fin de semana puedo llegar a ganar $60.000. Gano más haciendo esto. Los lunes, martes y miércoles no vengo porque descanso. Tengo mis perras y siempre estoy haciendo algún trámite”, sostuvo Julia.

La mujer remarcó que tomó la decisión de comenzar a cantar en esa esquina luego de encontrarse imposibilitada de comprar un medicamento indispensable para su salud: “Sale $35.000, pero por suerte me va bien y hoy puedo tenerlo”.

La entrerriana manifestó que de chica ganó diversos concursos de canto en su provincia. Certámenes barriales que la llevaron a perder la timidez, a tal punto que de grande se animaba a salir de la cocina para cantarle a los comensales en medio del restaurante.

“Cantar no solo me ayudo sino que me libera. Toda la emoción que sentí en mi vida no me la guardé, la saqué a través del canto. Por eso a mis 72 años bailo y zapateo, porque soy una agradecida de la vida”, sostuvo.

A través de un soporte sostiene el celular en el que reproduce las pistas desde YouTube. “Me gusta todo lo que tenga ritmo. También las canciones románticas. Pero a la gente lo que le gusta es la cumbia, se arman lindos bailes acá”, narró.

Julia completó: “No pude cantar en un teatro, pero este es mi teatro. Esta es mi gente. Me siento honrada de cantar acá y que me dejen, que es lo principal. Por eso, este es mi teatro y me siento feliz”.

Fuente: TN

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