Juan Laffeuillade fue encontrado muerto tras recibir dos disparos. El nuevo implicado sería hermano de la mujer acusada de ser partícipe del asesinato
El conocido empresario comodorense, Juan Laffeuillade, fue asesinado a balazos en su casa ubicada en la avenida Juan B. Justo al 200, en el barrio 9 de Julio, el 23 de febrero de este año.
Tras el crimen, incendiaron su vivienda y escaparon en su camioneta, que apareció luego en la playa, en Caleta Olivia. Por el hecho quedó detenida una mujer, identificada por la Policía como Micaela Ortellado, conocida en el ambiente delictivo como una “viuda negra”.
Este jueves por la mañana, se llevaron a cabo una serie de allanamientos que terminó con la detención de un hombre de 25 años, también vinculado al crimen del empresario, se secuestraron celulares y armas de fuego.
Pablo Lobos, jefe de la División de Investigaciones Policiales, informó que los operativos se realizaron en cuatro domicilios de la ciudad, dos en la zona ilegal de San Cayetano y otras en el barrio 1311 Viviendas.
“Se procedieron al secuestro de un arma tipo escopeta, y un arma 9 mm. Así como celulares que serán peritados durante el transcurso de la investigación”, detalló.
El fiscal general, Cristian Olazabal, informó que “a partir de esta detención, se llevara a cabo la audiencia apertura para la investigación y formalizar los cargos.
“Los cargos que se le van a atribuir es la coautoría del crimen. Estamos en condiciones de afirmar que tuvo participación en el hecho“, expresó. Además resaltó que el detenido tuvo encuentros previos con la Justicia por otros actos delictivos.
La principal hipótesis es que Laffeuillade fue asesinado para facilitar el hecho delictivo previsto en su propiedad. “Lo ejecutaron para facilitar el robo, siendo una figura agravada pudiendo ser condenados a prisión perpetua”, resaltó.
A continuación, el fiscal jefe Marcelo Cretton, manifestó que la autopsia reveló que el empresario ya se encontraba fallecido cuando asistió al lugar personal policial y de Bomberos al sitio.
Relató que la actitud posterior de los acusados de prender fuego el lugar, es un fuerte indicio que intentaron destruir las pruebas y evidencias.