La posición de la Iglesia ante la crisis educativa en Chubut y el “drama mayúsculo” que atraviesan las actuales generaciones de estudiantes en todos los niveles educativos.
Una de las consecuencias de la actual pandemia Covid-19 es el deterioro en la educación en varios niveles de Chubut. Las aristas que no ayudan en su mejora son varias: por un lado, la falta de comprensión y lectoescritura eficiente en los estudiantes sumado a problemas para resolver operaciones básicas de matemáticas; el abandono escolar en todos los niveles educativos resultando un 30% del total de la provincia; la poca valoración de los hábitos de estudio en los hogares; problemas nutricionales que nos obliga a transitar la actual economía argentina llevando a un chico mal alimentado a la escuela -si no comes, no podes estudiar-; “el aumento de las situaciones de abusos que no son advertidos por falta de escolarización”. Definitivamente, todo conlleva a hablar de “un drama mayúsculo”.
“Los gremios pueden evitarnos la tragedia con la búsqueda de caminos de diálogos” o “de protesta que no ponga en juego las clases”, resuelve la Iglesia entre otras cosas a través de un comunicado titulado “La tragedia precisa acciones inéditas”.
Asimismo, la Iglesia remarca que los padres están llamados a “hacer una verdadera alianza formativa con la escuela […] hacia una excelencia educativa para el servicio”. Y para ello, es necesario involucrarse en el proceso de los hijos. D e lo contrario, los hijos “son como ovejas sin pastor”, es decir, sin una guía.
“Estamos ante una tragedia [...]. Es hora de enfrentar la tragedia desde la conmoción”, es necesario que los chicos estén en las aulas, educándose, progresando, remarcan autoridades cristianas.
Finalmente, el comunicado concluye que estamos ante “una tragedia evitable“, donde implica que cada uno tome sus propias responsabilidades (Estado, docentes, gremios, familia, Gobierno) hacia el progreso de una generación que será la futura Argentina.