El trabajo de las operadoras de radio está invisibilizado y atravesado por una estructura profundamente patriarcal. Natalia Bravo aproxima la situación de la mujer en el campo radiofónico y operacional desde su historia personal.
El trabajo de las operadoras es esencial, pero doblemente invisibilizado y está atravesado por una estructura profundamente patriarcal que aún no abre sus puertas por completo para las estudiantes y profesionales.
Según el censo que los “Operadorxs Autoconvocadxs” vienen realizando desde hace tres años, la diferencia de género en el ámbito de la operación técnica es incluso peor que en otras áreas de los medios de comunicación. De 83 radios AM, FM y On Line censadas se desprende la cifra de 585 hombres operadores frente a 153 mujeres (es decir, 20,5% del total de operadores). Si el análisis se profundiza con una mirada puesta en la comunidad LGBTQ+, los números son casi nulos: 4 trans y una persona no binaria.
“Nos dimos cuenta, organizándonos, que nuestras condiciones cotidianas de trabajo eran insalubres y pocas”, comenta Natalia Bravo -una de las operadoras a cargo del censo, trabajadora en Radio Nacional y Grupo Indalo-. Y agregó:”Nos dimos cuenta de que había pocas mujeres y que eran suplentes o estaban en una situación inestable, insegura, contratadas, de trasnoche, ninguna tenia una tira diaria. Son pocas las que tienen una tira en un horario de 8 am a 5 pm”.
Ciertas injusticias son transversales al género: “A los operadores en general se les debe la posibilidad de sacar el carnet habilitante. El operador, en general, está muy mal pago, trabaja en muchos medios, no siempre tiene la oportunidad de estudiar en el ISER”, explica Bravo. “A las operadoras nos pega un poquito más por estas condiciones de género que nos abruman todos los días”.
“Yo soy madre, estudié en el ISER estando embarazada y ya había trabajado en distintas radios. Entendía la operación técnica en el ámbito de la irregularidad absoluta, y de pelear todo el tiempo por el lugar. Es algo que me di cuenta que no pasaba si eras un hombre heteronormado. No solo llama la atención sino que genera el doble de impotencia”, agrega Bravo.
El censo de Operadorxs Autoconvocadxs contempló la situación de personas trans, travestis y no binaries, quienes se acercaron a sus colegas con múltiples inquietudes. Bravo comenta que es una inserción ardua, dado que el espacio de la operación técnica es “histórica y herméticamente masculinizado”.