La medida se mantendrá hasta la audiencia preliminar mientras avanza la investigación por homicidio agravado.
Esta mañana se realizó una audiencia de revisión por el hecho ocurrido el 29 de enero de 2025, en el que Oscar Talma está imputado por el homicidio agravado de Ezequiel Víctor Álvarez. Durante la audiencia, la fiscalía solicitó mantener el arresto domiciliario con tobillera electrónica por tres meses más o hasta que se concrete la audiencia preliminar. La defensa no se opuso y el juez penal confirmó la medida.
El fiscal Maximiliano Morsucci sostuvo que no han cambiado las circunstancias que motivaron la imposición de la medida de coerción, recordando que Talma enfrenta una acusación pública por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, presentada el pasado 24 de julio. Según argumentó, continúan vigentes los riesgos procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación.
Morsucci también señaló que aún no se ha fijado fecha para la audiencia preliminar y pidió designar un juez permanente para el juicio por jurados.
Por su parte, el defensor particular Mauro Fonteñez acompañó el pedido de fiscalía, explicando que no existen elementos nuevos que justifiquen una morigeración de la medida.
Finalmente, el juez penal Jorge Odorisio resolvió mantener el arresto domiciliario de Talma por tres meses o hasta la realización de la audiencia preliminar, lo que ocurra primero. Además, intimó a la Oficina Judicial a designar un juez técnico para avanzar con el proceso de juicio por jurados.
El caso: el homicidio de Víctor Álvarez
Según la imputación fiscal, el hecho ocurrió el 29 de enero, alrededor de las 20 horas, cuando Talma y dos personas más llegaron en un vehículo a un domicilio ubicado en calle Los Pinos al 850. Talma descendió del auto y mantuvo una breve conversación con la víctima, Ezequiel Víctor Álvarez, y otras tres personas que bajaban por la escalera del lugar.
Tras alejarse unos metros, Talma habría sacado un arma de fuego —presuntamente un revólver— y efectuado al menos seis disparos contra el grupo, con la intención de causar la muerte de cualquiera de ellos. Uno de los proyectiles impactó en la zona dorsal lumbar de Álvarez.
La víctima permaneció internada durante semanas y finalmente falleció el 31 de marzo, a causa de un shock séptico por falla multiorgánica, provocado por un proyectil que quedó alojado en su corazón.