Desde el 11 de junio, el empresario se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria N°15 de Río Gallegos cumpliendo condena por lavado de dinero.
Hace poco más de tres meses, el empresario Lázaro Báez, condenado por lavado de dinero agravado en la causa conocida como Ruta del Dinero K, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N°15 de Río Gallegos para cumplir su condena en una cárcel común.
Cabe recordar que desde 2022, cumplía arresto domiciliario con tobillera electrónica en una casa en El Calafate y su ingreso a la U15 fue el pasado 11 de junio.
El juez Néstor Costabel, presidente del Tribunal Oral Federal 4, fundamentó su decisión señalando que la condena ya se encuentra firme, por lo tanto “se ha tornado operativo su cumplimiento”, descartando los planteos de la defensa que pedía continuar con el beneficio del arresto domiciliario.
Ahora, los abogados de Báez, de 68 años, diagnosticado con hipertensión, diabetes mellitus y asma, denuncian las condiciones en las que se encuentra alojado en la U15 y señalan que éstas debilitan su estado de salud, por lo que piden que pueda regresar a la prisión domiciliaria.
“La situación en la que está es desesperante, comparte un baño con otras 10 personas, es diabético, asmático, no socializa, a poco de llegar, sufrió un fuerte cuadro respiratorio y lo debieron llevar al Hospital de Río Gallegos, hace dos días se descompuso otra vez”, detalló a La Nación, la abogada Yanina Nicoletti, quien recientemente lo visitó en la cárcel y el pasado 29 de agosto, presentó el recurso de casación solicitando el regreso al régimen de prisión domiciliaria.
La presentación señala que la celda en la que se encuentra alojado, ubicada en el pabellón lateral de la U15, no cuenta con baño completo ni ducha, sino con “instalaciones precarias e indignas”. Además, indica que el techo presenta filtraciones y goteras la ventilación y la luz natural son prácticamente inexistentes y la comida “se le sirve helada”.