El organismo documentó cientos de irregularidades, lo que ocasionó la muerte de 96 personas hasta el momento.

Una comisión de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) detectó numerosas irregularidades en el laboratorio Ramallo, vinculado a Ariel García Furfaro, entre noviembre y diciembre de 2024, donde se produjo el fentanilo contaminado que ya causaron 96 muertes en el país. Sin embargo, la presentación formal se realizó recién en febrero de este año.
En una serie de documentos internos del organismo se revela que pese a conocerse estas irregularidades en noviembre, recién dos meses después se dispuso el prohibir su producción, precisamente el 10 de febrero de 2025. En ese lapso, se puso a la venta los lotes de fentanilo contaminado relacionados a la muerte de casi un centenar de personas que se encontraban en terapia intensiva.
Este informe que reveló La Nación detalla que entre el 28 de noviembre y el 12 de diciembre de 2024, inspectores del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname) detectaron “deficiencias significativas clasificadas como críticas y mayores” en todas las áreas clave de la planta ubicada en Ramallo, provincia de Buenos Aires. Las fallas comprometían directamente “la calidad, seguridad y eficacia de los productos elaborados”.
Tras el reporte de ANMAT, la producción de fentanilo no paró
El fentanilo contaminado se produjo el 18 de diciembre de 2024, seis días más tarde de esa inspección, y salió al mercado poco después. Todo pasó en la ventana entre que la ANMAT supo de las graves deficiencias en la seguridad de la empresa y prohibió que continuara su producción.
La carta debía detallar las acciones correctivas y/o un programa de implementación por escrito dirigido a la Dirección Nacional del Instituto Nacional de Medicamentos y a la Dirección de Fiscalización y Gestión de Riesgos. Este documento debía presentarse en un plazo máximo de 10 días hábiles para su evaluación.
Si el organismo, que depende del ministerio de Salud que conduce Mario Lugones, hubiese actuado de inmediato tras la inspección, este lote no habría sido producido ni tampoco distribuido.
Según informaron, las irregularidades detectadas por la ANMAT incluían problemas en la validación de procesos, documentación deficiente, falencias en el control de calidad, malas prácticas en depósitos y en la gestión de recursos humanos, detalla el texto oficial. A pesar de la gravedad de las observaciones, la producción continuó.
En otro documento del organismo, con fecha del 30 de mayo, se señalaron problemas “en el manejo y reconciliación del producto” que coinciden con lo relevado en noviembre. La observación genera dudas sobre el stock. Según ANMAT, hubo un proceso de acondicionamiento y etiquetado deficiente, con discrepancias en las cantidades. Se registró un elevado número de unidades descartadas por diversas razones (vacíos, roturas, suciedad), sin un conteo o reporte adecuado, de acuerdo al informe oficial.
