El bebé no se había atragantado, como inicialmente se pensó, sino que había sufrido un episodio de muerte súbita del lactante, un fenómeno tan sorpresivo como temido.
Eran las 21:37 del viernes cuando Belén, madre primeriza y visiblemente alterada, irrumpió en la Comisaría Primera de El Calafate con su bebé en brazos. Luca Benjamin, de tan solo 15 días de vida, había comenzado a tornarse morado mientras se alimentaba y dejó de reaccionar. El pánico se apoderó de la escena: sola, sin su vecina médica a quien buscó desesperadamente, y con la urgencia de una situación límite, decidió emprender el camino al hospital. Pero la nevada intensa que azotaba la ciudad esa noche obligó a improvisar. En el trayecto, un pensamiento salvador la llevó a desviarse: “Pasá por la comisaría“.
Y allí, en ese punto inesperado del recorrido, la historia cambió para siempre. Fue su madre quien entró corriendo al destacamento con el pequeño en brazos y lo entregó a la jefa de guardia, la sargento primero Nadia Cáceres, quien comprendió de inmediato la gravedad del cuadro. Sin perder tiempo, comenzó maniobras de reanimación cardiopulmonar sobre el pequeño cuerpito ya cianótico. “Ya estaba azul, yo del susto me fui afuera, no quería ver la situación”, confesó luego Belén, aún conmocionada.
Durante cinco minutos que parecieron eternos, Cáceres aplicó todo su conocimiento, entrenamiento y temple. Y lo logró: Luca volvió a respirar. Minutos después, una ambulancia llegó para trasladarlo al Hospital SAMIC, donde quedó internado en el área de neonatología, en observación y con estudios preventivos. El parte médico fue tan revelador como angustiante: el bebé no se había atragantado, como inicialmente se pensó, sino que había sufrido un episodio de muerte súbita del lactante, un fenómeno tan sorpresivo como temido.
Desde ese momento, la historia se viralizó. Belén, aún conmovida, compartió en redes sociales un mensaje de agradecimiento que reflejaba todo lo vivido:
“Tuve una noche de esas que no se las deseo a nadie. Ahora que estoy un poco más tranquila, quiero agradecerte de por vida por haberle salvado la vida a mi hijo, Nadia Cáceres. ¡¡Llegué a la comisaría con mi hijo casi muerto y ahí estaba ella, como si fuese un ángel para salvarle la vida a mi hijo Benjamín!! No tengo palabras para agradecerte tanto. ¡¡Me devolviste la vida!! Infinitas gracias, mujer“, escribió la mujer.