Pipí y Rubí tienen 4 y 6 años, son muy unidas y perdieron a Silvia, su dueña. Están castradas y acostumbradas al cariño. Necesitan un hogar que las reciba juntas.
Silvia, una vecina de Rada Tilly, falleció hace pocos días y sus dos gatas, Pipí y Rubí, quedaron solas. Su único hijo, que vive en otra ciudad, no puede llevarlas con él por diversos motivos, y ahora se busca con urgencia una familia que las adopte juntas.
Pipí y Rubí son gatas adultas, castradas, de temperamento tranquilo y muy mimosas. Llevan años conviviendo y forman un fuerte vínculo entre ellas. “Separarlas sería terrible. Ya perdieron a su humana, no queremos que sufran otra pérdida”, expresaron quienes hoy las cuidan de manera transitoria.
Esta situación revive una pregunta profunda: ¿qué pasa con nuestras mascotas cuando ya no estamos? “No se trata de juzgar, nadie tiene todo resuelto. Lo importante es tender una mano y garantizarles un futuro digno a quienes nos acompañaron con amor”, agregaron.
Aunque no conocieron personalmente a Silvia, quienes impulsan la búsqueda sienten el deber de honrar su memoria encontrando un hogar donde Pipí y Rubí puedan volver a sentirse queridas.
Si podés adoptarlas juntas y brindarles amor, comunicate con Ignacio al 291 566-5847.