Giovanni, de 5 años, sufrió quemaduras graves cuando las llamas arrasaron con la precaria morada que compartían 9 personas. El papá está en coma. Y perdieron todo.
Un drama que conmueve a toda Santa Cruz tiene como protagonista a Giovanni, un pequeño de 5 años que este lunes por la mañana llegó al Hospital Garrahan de Buenos Aires para recibir tratamiento especializado tras sufrir quemaduras graves en el incendio que devastó el colectivo donde vivía junto a su familia en Río Gallegos.
El siniestro ocurrió durante la madrugada del sábado en el barrio Patagonia, cuando la familia Mazuy se disponía a descansar. El fuego se desató por el derrame de combustible que cayó de una salamandra casera, arrasando con la precaria vivienda donde vivían los nueve integrantes de la familia.
Glenda Mazuy, madre del menor, logró que se resolvieran los trámites administrativos para el traslado de su hijo pese a haber perdido toda la documentación en las llamas. “Gracias a Dios el tema administrativo se pudo resolver enseguida”, había anticipado poco antes del viaje la mujer, quien habló con La Opinión Austral en la casa de una familiar donde se están alojando temporalmente.
La situación se había complicado porque Giovanni no contaba con su Documento Nacional de Identidad, lo que postergaba la derivación al emblemático hospital pediátrico porteño, que por estos días atraviesa un difícil conflicto con el Gobierno Nacional por la falta de recursos y un importante retraso en los sueldos de su personal.
Este lunes por la mañana, los obstáculos administrativos terminaron de despejarse Glenda y Giovanni emprendieron viaje hacia la Capital Federal.
Antes de ser trasladado, Giovanni se encontraba sedado en el hospital de Río Gallegos. “Aunque está sedado, está bien. Y me dijeron que pudo hablar con las enfermeras, y les contó de que tenía un ‘gatito’ y que vivía con nosotros en el colectivo”, relató su mamá.
El pequeño presenta quemaduras graves en ambas piernas, rostro y manos, lesiones que requieren un tratamiento especializado que no puede recibir en Río Gallegos. “Ya me habían dicho que va a tardar mucho tiempo”, había anticipado la madre el domingo, consciente del largo proceso de recuperación que les espera.
El papá, en coma inducido en Río Gallegos
Mientras Giovanni inicia su tratamiento en Buenos Aires, su padre permanece internado en el Hospital Regional de Río Gallegos en coma farmacológico.
El hombre de 45 años presenta el 20% del cuerpo quemado y sufrió intoxicación por monóxido de carbono.
Tobías, uno de los hijos mayores, explicó que su padre continúa sedado para que “no sienta dolor” y adelantó que poedirá que, en cuanto sea posible, también sea trasladado a Buenos Aires.
En su caso, esperan que pueda sere tratado en el Hospital del Quemado porteño. Su situación se ve agravada por problemas cardíacos previos, lo que hace más delicado su cuadro clínico.
Una noche que cambió todo
La tragedia se desató cuando las temperaturas en Río Gallegos oscilaban entre uno y cinco grados bajo cero. La familia Mazuy intentó calefaccionar su precario hogar arrojando “una copita de nafta” a la salamandra casera alimentada con aceite que utilizaban para combatir el frío.
El combustible se desvió hacia la puerta del colectivo y prendió fuego una cortina, propagándose rápidamente por toda la estructura.
Uno de los hijos intentó sofocar las llamas con un colchón, pero la maniobra empeoró la situación. Tobías logró romper uno de los vidrios del micro-casilla y por allí lograron escapar todos los integrantes de la familia.
“Salimos en medias, pantalón para dormir y remera, no nos quedó nada de nada”, describió Glenda la desesperante situación vivida esa madrugada.
La familia se había acostado tarde porque estaban mirando televisión en el reducido espacio que habían acondicionado con “una cama de dos plazas y cuchetas para los nenes”.
La solidaridad de la gente
Luego del incendio, la respuesta de la comunidad santacruceña no se hizo esperar. Glenda contó que la ropa que usa por estos días fue donada, ya que las llamas se llevaon lo poco que tenía la familia en su morada.
Tobías, por su parte, se mostró asombrado por la solidaridad de los galleguenses: “Estoy sorprendido. Nos conocen por todos lados por ayudar y ser ayudados”.
El joven agradeció a quienes colaboraron donando dinero al alias mzuy1818, llamando al 2966-76-5982 (de Rosa) o acercando donaciones a Antonio Berni 2340, en el barrio Evita.
Los Mazuy no saben cuánto tiempo deberán quedarse Glenda y Giovanni en Buenos Aires, pero tienen claro que no será poco. Por eso, el pedido de ayuda y la campaña solidaria que se organizó espontáneamente continúa activa. Hace falta dinero para cubrir los gastos de traslado y estadía en la CABA, pero también ropa para el numeroso grupo familiar, que se quedó sin nada.
Mientras, Juan y Tobías están a cargo de los otros otros hermanos menores y de esperar la evolución de su padre.